La estadística revela una verdad inquietante: la corrupción no es un fenómeno distante, sino una realidad que golpea la economía familiar, reduce las oportunidades laborales y erosiona la confianza en el tejido institucional del país. Esta percepción generalizada pone de manifiesto la urgencia de abordar el problema no como un asunto político, sino como una crisis social y económica.
Rosa Bueno, presidenta de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), menciona que la corrupción no solo daña la economía, sino que desmorona la confianza en las instituciones peruanas, durante el III Foro Anual de Integridad y Lucha contra la Corrupción.
Subraya que “nueve de 10 peruanos considera que la corrupción obstaculiza el crecimiento económico, también que agudiza la pobreza y desigualdad, creando un ciclo vicioso difícil de romper.”
El sector empresarial, representado por entidades como la Cámara de Comercio de Lima (CCL), está tomando un papel más activo en la lucha contra la corrupción. Se enfatiza la importancia de la integridad y la ética empresarial, no solo como un imperativo moral, sino también como un factor crítico para la sostenibilidad y el éxito a largo plazo de las empresas en Perú.
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Soluciones
Desde la CCL se proponen soluciones concretas. La agenda de desarrollo del país que plantea el gremio se centra en cuatro pilares: fortalecimiento de la democracia, impulso del libre mercado, seguridad ciudadana y acceso a la formalidad. Estos elementos buscan crear un entorno más justo y equitativo, donde la corrupción no tenga cabida.
El gremio plantea a la integridad como un valor fundamental en todas las esferas, tanto empresariales como gubernamentales. Se trata de una cultura que debe impregnarse en cada acción y decisión, reconociendo que la lucha contra la corrupción comienza con el compromiso individual de cada actor en la sociedad.
También enfatizó a como la tecnología, especialmente la inteligencia artificial, se perfila como un aliado estratégico en esta lucha. Su capacidad para promover la transparencia y reducir los riesgos de corrupción humana es un recurso que no podemos subestimar.
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Bueno de Lecari señaló como los proyectos como el semillero para futuros funcionarios y servidores públicos son esenciales. Estas iniciativas buscan inculcar una cultura de integridad desde la formación académica, preparando líderes capaces de enfrentar y erradicar la corrupción en el servicio público.