Por Julio Lira
Hacia finales de la década de los ochenta, Adex lanzó el lema "Exportar o morir" (por cierto, cuestionado en su época desde ciertos sectores empresariales) con el objetivo de promover las exportaciones con valor agregado, que hoy se conocen como las no tradicionales. Veinte años después, si bien los productos tradicionales, principalmente los mineros, siguen predominando, la canasta exportadora se ha diversificado. Más de 7.000 empresas nacionales, incluido un número importante de pequeñas empresas, dirigen sus ventas al exterior y compiten en el mundo.
Todo este crecimiento ha tenido como uno de sus pilares fundamentales los diversos acuerdos comerciales que firmó el Perú en los últimos diez años, que se iniciaron con el TLC con EE. UU. y que los tres últimos gobiernos continuaron. Actualmente, nuestro país tiene acuerdos bilaterales y regionales con 52 países, aunque no todos están vigentes. Y es precisamente este tema uno de los retos.
La firma de tratados resulta fundamental, pues abre oportunidades a las empresas nacionales, pero muchas veces se marcha a paso de tortuga con la implementación de los mismos. Un ejemplo de ellos es la lentitud para lograr los protocolos sanitarios que permitan a los agroexportadores tener acceso a los mercados libres de impuestos que se consiguen con los tratados.
Aprovechar los acuerdos firmados, significa avanzar en la agenda de competitividad interna, desde una mayor y mejor infraestructura, dotación de recursos humanos y económicos a entidades como Senasa, hasta el relanzamiento de las oficinas comerciales. También debe involucrarse a los gobiernos regionales y locales en este objetivo, ya que más de un cuello de botella está relacionado con decisiones que se deben adoptar en esos ámbitos. Pero aún más, una tarea pendiente es la inclusión de las regiones en el esfuerzo exportador. En los últimos dos años, hay señales de interés de autoridades del interior del país, sobre todo en la selva, que merecerían un mayor apoyo, tanto del Gobierno central como de los propios gremios empresariales.
La incertidumbre que reina en la economía mundial no debería detener la negociación de nuevos tratados comerciales, como sería el caso con la India, sobre todo cuando ya se tiene listo el estudio de su mercado. Sin embargo, hay otro acuerdo que debe despegar y hay razones para ser optimistas. Se trata de la Alianza del Pacífico, pues los países que lo integran tienen la voluntad política para que el 2013 sea el año en que se consolide.
Este año también tiene entre las negociaciones pendientes el acuerdo Transpacífico, conocido como TPP por sus siglas en inglés (Trans Pacific Partnership), un tratado muy importante porque están en juego varias de las líneas rojas que se pusieron Chile, el Perú y México al negociar con EE. UU. los tratados de libre comercio. Uno de los temas emblemáticos es el de propiedad intelectual y sus implicancias sobre las patentes e Internet.
Mucho agua ha corrido bajo el puente desde que se lanzara aquel lema de "Exportar o morir". Los resultados obtenidos no son pocos y han contribuido al crecimiento económico que hoy tenemos, por lo que no debe perderse el paso.