Las mypes productoras de calzado necesitan adaptar su oferta a las nuevas demandas que se han originado como consecuencia de la pandemia, pues no lograrían recuperarse si continuaran ofreciendo lo mismo a un mercado que ya es otro.
Sergio Rodríguez, director ejecutivo del Instituto Tecnológico de la Producción (ITP), indica que los Centros de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica (CITE) del rubro han adoptado como estrategia el impulsar a las mypes a orientarse hacia los nuevos nichos de mercados que se han originado.
Por un lado, ello implica desarrollar productos personalizados, dirigidos a “mercados más eficientes, competitivos y sofisticados”.
Por otra parte, también se busca que los empresarios del rubro aprovechen la gran demanda de indumentaria de protección, para ofrecer un calzado que forme parte de esta. Según sostiene, una gran cantidad de empresas está invirtiendo en mejorar la indumentaria de sus trabajadores para prevenir contagios de COVID-19 entre ellos.
“Muchas empresas están trabajando con fuerza para mejorar sus indumentarias y estamos trabajando en tratar de conectar esa demanda naciente con la producción”, dijo Rodríguez a gestion.pe.
Los CITE de cuero y calzado (de Trujillo, Arequipa y Lima) además están promoviendo la innovación para desarrollar zapatos adecuados para los hábitos de la nueva normalidad. Se trata de calzado que sea a la vez cómodo y fácil de retirar, puesto que una medida de prevención en los hogares consiste en quitarse los zapatos antes de entrar a casa.
En todos estos casos, el rol que cumplen los CITE es brindar a los empresarios métodos, técnicas y diseños que ellos puedan aplicar en la elaboración del calzado.
Sin embargo, el titular del ITP recuerda que este ha sido uno de los sectores más golpeados por la temporal paralización de las actividades y la consecuente crisis económica que vive el país. Si bien se está avanzando en la recuperación, esta todavía es incipiente. “La recuperación todavía está avanzando lentamente, pero creo que en el 2021 la demanda va a crecer”, manifestó.
En el camino, varias de las empresas de este giro se han visto obligadas a cerrar de manera definitiva. Stalin Ravello Ugarte, asesor de la Comisión para la Gestión y Reactivación del Sector Calzado en la Región La Libertad, proyectó en setiembre pasado que cuando concluya la pandemia se habrá de contabilizar la mortandad de entre 30% o 40% de las empresas.
Hasta fines de noviembre, de los 4,000 fabricantes formales de Trujillo solo entre 200 y 300 operaban, según el presidente de la Cámara de Cuero y Calzado de La Libertad, Vladimir de la Roca.
Como lo señaló Rodríguez, los productores de calzado ya afrontaban serias dificultades antes de que la pandemia se precipitara, pues gran parte de los zapatos que se comercializan dentro del país son importados. Esta producción extranjera es subsidiada por los gobiernos de los países de origen, por lo cual la oferta nacional se halla en desventaja.
En el 2007, el consumo de calzado en el país correspondía a un 80% de producción nacional y 20% de zapatos importados. En cambio, en el 2019 las importaciones representaban el 76% del consumo nacional.
Frente a esta situación, el Viceministerio de Mype e Industria solicitó en setiembre a la Comisión de Dumping, Subsidios y Eliminación de Barreras Comerciales no arancelarias de Indecopi iniciar una investigación con miras a imponer una salvaguardia a estos productos.
Los productores se encuentran a la espera de que el Indecopi resuelva esta petición que podría conducir a una salvaguardia por hasta tres años.