El sorprendente repunte del café en el cuarto trimestre parece estar atrayendo enormes suministros al mercado, lo que provoca una fuerte desviación en la impresionante carrera de la materia prima.
El número de sacos sin calificación de ICE Futures US, es decir, el café en espera de evaluación de la bolsa que se incluirá en sus inventarios de almacén, ha aumentado al más alto desde septiembre del 2018. La avalancha de oferta se produce después de que los precios subieran 28% durante el último trimestre.
El aumento en los sacos sin calificación indica que es probable que aumenten las existencias certificadas en la bolsa. Eso explica por qué los precios del café han caído desde sus altos máximos. Los futuros en Nueva York cayeron 8% en enero, el peor comienzo de un año desde 1993.
El total de bolsas de café pendientes de clasificación por la bolsa se elevó inesperadamente de 113 a 178 al 8 de enero, muestran datos de la bolsa. Ese es el nivel más alto desde septiembre de 2018 y se compara con solo 6.693 sacos el 27 de diciembre. Las cifras pueden incluir tanto nuevas calificaciones como nuevas graduaciones. Un saco pesa 60 kilogramos.
El potencial para el aumento de las reservas marcaría una gran reversión después de que los inventarios de ICE cayeran en 18 de las 20 semanas anteriores. La reducción de la oferta había ayudado a apuntalar el repunte de los precios.
“Elimina uno de los factores alcistas que apoyaban el repunte del café”, dijo en una entrevista telefónica Rodrigo Costa, director de café en Comexim, con sede en EE.UU.
Aún así, si bien el aumento de los sacos sin calificación es bajista, los sólidos mercados de efectivo para el café centroamericano indican que hay una buena demanda, y los inventarios podrían continuar agotándose, según Marex Spectron.
El “mercado diferencial firme para el café centroamericano todavía nos dice que las existencias certificadas deberían ser atractivas y, en última instancia, podrían continuar disminuyendo en los próximos meses”, asegura Kiki Van Der Gucht, corredor de Marex Spectron en Londres.