Los precios del oro se encaminaban a marcar un declive semanal, ya que la incertidumbre sobre los planes de la Reserva Federal (Fed) para reducir su estímulo mantenía al lingote bajo presión, pese a un avance el viernes apoyado en la debilidad del dólar y la rápida propagación de la variante Delta del coronavirus.
Las medidas de estímulo tienden a respaldar al oro, que suele ser considerado como una cobertura frente a la inflación y la depreciación cambiaria.
A las 10:59 GMT, el oro al contado ganaba un 0.4%, a US$ 1,759.43 la onza. No obstante, el lingote cedía un 0.2% en la semana, después de que el reporte de empleo de la semana pasada en Estados Unidos impulsó las expectativas de un adelanto en el fin de los estímulos y envió el lunes los precios del oro a un mínimo de cuatro meses.
Los futuros del oro en Estados Unidos mejoraban un 0.6%, a US$ 1,761.80 la onza.
El aumento de casos de COVID-19 en Estados Unidos y otras partes afectaba al apetito por el riesgo de los inversores, generando flujos entrantes hacia el oro.
Fitch Solutions dijo en una nota que la demanda de oro debería seguir siendo robusta en medio de elevadas tasas de inflación e incertidumbres relacionadas con la pandemia, manteniendo el apetito por activos considerados seguros.
Por su parte, el dólar se encaminaba a su segunda ganancia semanal consecutiva.
En otros metales preciosos, la plata mejoraba cerca de un 1%, a US$ 23.38 la onza, pero cedía cerca de un 4% en la semana; el platino bajaba un 0.3%, a US$ 1,021.04, en camino a cerrar su mejor desempeño semanal desde fines de junio; y el paladio perdía un 0.3%, a us$ 2,617.39.