Por Clara Ferreira Marques
Los mercados petroleros están sufriendo. La demanda se ha desplomado ya que cerca de 3.000 millones de personas están en cuarentena justo cuando el mundo se enfrenta a un histórico exceso de oferta.
Entretanto, el espacio de almacenamiento de crudo del mundo se está llenando rápidamente, desde cavernas subterráneas hasta vagones y camiones cisterna. Para los productores sin litoral, eso poco importa: algunos ya están pagando a clientes para que se lleven el petróleo.
Las consecuencias serán duraderas. Perforadores en EE.UU. y otros lugares están reduciendo o cerrando la producción. En un contexto de fuertes recortes de gastos, no todo será rápidamente reversible. El alivio de los precios dependerá de la convalecencia del mundo.
El colapso en el apetito por la gasolina, el combustible para aviones y el diésel no tiene precedentes en velocidad y escala.
Goldman Sachs Group Inc. estimó el lunes que con economías que representan 92% del producto interno bruto mundial ahora bajo alguna forma de distanciamiento social, la pérdida de demanda esta semana es de 26 millones de barriles por día, aproximadamente 25% por debajo de los niveles del año pasado. En un mes, esto representa casi 800 millones de barriles perdidos.
Las cifras publicadas desde las economías cerradas de Italia y España sugieren que los niveles de destrucción podrían ser aún peores. La demanda española de diésel ha bajado 61%. El colapso se está traduciendo en un excedente que ejerce presión sobre refinerías, ductos y la limitada capacidad del mundo de almacenar petróleo.
No hay una estimación precisa de cuánta capacidad tiene el mundo para almacenar productos derivados del petróleo. Analistas de S&P Global Platts estiman 1,400 millones de barriles, incluidos 400 millones de almacenamiento flotante. Hasta ahora, 50% de eso se ha utilizado: la cifra aumentará a 90% a fines de abril.
Es una reducción visible en las tasas de flete; las flotas transportistas muy grandes se llenan y esto dificulta su uso para el almacenamiento de petróleo o incluso para trasladarlo hasta donde un comprador. Los costos del flete de referencia del Medio Oriente a China se han multiplicado por siete; Reliance Industries Ltd. pagó US$ 400,000 para que un superpetrolero transportara petróleo de Medio Oriente a la costa oeste de India a principios de abril.
Sin embargo, para los perforadores sin litoral, hay mayores preocupaciones. Se enfrentan a una falta de almacenamiento local, y las compañías de ductos les piden que reduzcan o que comprueben que tienen un comprador para su crudo antes de cargarlo. Simplemente no pueden llevar el petróleo al lugar que sea por el precio actual. Entretanto, las refinerías están recortando a medida que se acercan a los límites de almacenamiento.
Todo esto significa que los precios negativos del petróleo, cuando los productores están en efecto pagando a los clientes para que se lleven el petróleo, no solo son posibles, sino que ya son una realidad. Las referencia mundiales para el petróleo, el West Texas Intermediate y el Brent, han caído cerca de dos tercios este año.
No están a punto de caer por debajo de cero. No le van a pagar por llenar su tanque en la estación de servicio. Sin embargo, en aproximadamente US$ 20 por barril, importa casi más dónde está su petróleo que lo que le cuesta producirlo.
Consideremos los grados que exigen un refinado costoso o en lugares que requieren un transporte costoso. Wyoming Asphalt Sour, usado en pavimentación, fue uno de los primeros en caer a rojo en US$ 0.19 negativo por barril a mediados de marzo, como informaron mis colegas Javier Blas y Sheela Tobben el mes pasado.
Otros productores pueden estar vendiendo a pérdida, subsidiando efectivamente a los compradores para que tomen su producción. Western Canadian Select, el precio de referencia para la gigante industria de arenas petrolíferas en Canadá, está cerca de US$ 5. La brecha con WTI se ha ampliado.
Muchos de estos productores ya están recortando o cerrando. Whiting Petroleum Corp., un campeón del shale, se declaró en bancarrota el miércoles. Exploradores de petróleo, empresas de servicios y otros también están sufriendo mucho, y la restricción no se sentirá solo en EE.UU. Rusia dice que no aumentará la oferta bajo los precios actuales. Ecuador no ha podido encontrar compradores.
¿Qué significa esto para una eventual recuperación? Primero, el alcance de la pérdida de demanda significa que incluso una resolución a la disputa entre Arabia Saudita y Rusia ayudaría solo un poco, tal vez aliviando la presión sobre la flota mundial de grandes transportistas de petróleo, conocidos como VLCC.
Un aumento real de los precios requerirá que la demanda regrese. En ese punto, puede que no requiera mucho provocar un pico temporal, dependiendo de cuánto se almacene y bloquee por parte de operadores a través de contratos financieros, o cuánto se elimine para siempre. La geopolítica, ante naciones productoras de petróleo bajo presión, también podría ayudar un poco. Por el momento, sin embargo, los precios negativos están aquí y seguirán aquí.