Con respecto a la demanda petrolera de este año, la OPEP la mantiene en 100.29 mbd (un 3.47% más que en el 2021), sin cambios respecto a lo calculado hace un mes. (Foto: Bloomberg)
Con respecto a la demanda petrolera de este año, la OPEP la mantiene en 100.29 mbd (un 3.47% más que en el 2021), sin cambios respecto a lo calculado hace un mes. (Foto: Bloomberg)

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) vislumbró un panorama cautelosamente optimista al pronosticar que el mundo consumirá en el 2023 unos 103 millones de barriles diarios (mbd) de petróleo, un 2.7% más que este año, en un entorno económico “sólido”, facilitado por una “mejora” en la situación creada por la invasión rusa de Ucrania.

Se espera que la demanda de petróleo en el 2023 se vea respaldada por unos resultados económicos todavía sólidos en los principales países consumidores, así como por la mejora de los acontecimientos geopolíticos y la contención del COVID-19 en China”, explicó la OPEP en su informe mensual sobre el mercado mundial de “oro negro”.

Por primera vez, la organización publica sus estimaciones para el año próximo, basadas en un crecimiento económico de 3.2%.

Con respecto a la demanda petrolera de este año, la OPEP la mantiene en 100.29 mbd (un 3.47% más que en el 2021), sin cambios respecto a lo calculado hace un mes.

El incremento del consumo petrolero se verá alimentado principalmente por el sector de transporte y el uso de combustibles industriales, que recuperarían niveles superiores a los prepandémicos en las principales naciones industrializadas.

En esta visión se incluye la esperanza de un alivio de las restricciones impuestas por China, el mayor importador mundial de crudo, y con ello también una agilización de las cadenas de suministros.

Oferta incierta

Con respecto a la oferta, la producción generada fuera de la OPEP subiría 3.37% y 2.60% este y el próximo año, respectivamente, hasta totalizar 67.44 mbd, gracias sobre todo a las mayores extracciones de Estados Unidos, Canadá, Brasil, China, Kazajistán, Guyana y Noruega.

En cuanto a Rusia, tercer productor y segundo exportador mundial de petróleo, se vaticina una caída de su bombeo en 200,000 bd, hasta 10.45 mbd, aunque la OPEP admite una “gran incertidumbre” sobre el futuro de la industria petrolífera del gigante euroasiático, severamente sancionado por su invasión de Ucrania.

También hay, por otro lado, incertidumbre sobre la cantidad de barriles que aportará la industria de Estados Unidos, y en especial la del petróleo de esquisto.

Sea como sea, la OPEP calcula que para “equilibrar” el mercado sus 13 socios deberían bombear una media de 29.16 mbd este año, y de 30.1 mbd en el 2023, es decir, en ambos casos volúmenes claramente superiores a los 28.72 mbd producidos el pasado mes de junio.

Sin incluir las producciones de Venezuela (0.7 mbd), Irán (2.5 mbd) y Libia (0.6 mbd), el grupo extrajo 24.8 mbd, es decir, 1 mbd menos de la cuota conjunta a la que se comprometió.

En lugar de aumentar, como estaba acordado, se redujeron los suministros y con ello la posibilidad de los socios de aprovechar al máximo los altos precios del crudo en junio, mes en el que subieron cerca de 9% y superaron los US$ 120 (en el caso del Brent).

Según los analistas, la mayoría de los productores están ya al máximo de una capacidad que se ha reducido en los últimos años debido a unas inversiones insuficientes en el sector.

En el informe de hoy, la OPEP estima que los 13 socios podrán invertir unos US$ 415,000 millones en sus industrias petrolíferas el próximo año, nivel muy inferior a los US$ 755,000 millones gastados en el 2014.

Riesgos a la baja

Eso sí, los analistas del grupo advierten de que sus cálculos están sujetos a probables revisiones dados los persistentes “riesgos a la baja” para la economía y la demanda de crudo que supone la fuerte inflación en todo el mundo y el endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales.

La posibilidad de nuevas restricciones al movimiento para frenar brotes de COVID-19, las tensiones en los mercados laborales, los cuellos de botella en las cadenas de suministros y los altos niveles de deuda de los países, son otros factores que “preocupan” al grupo petrolero.