La invasión de Rusia a Ucrania y la crisis energética y alimentaria que ha agravado supondrán un lastre grave para el crecimiento económico mundial y un aumento de la inflación este año, advirtió la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Las políticas de “COVID cero” de China, que han alterado las cadenas de suministro para la fabricación, también están pesando sobre una economía mundial que recién comenzaba a recuperarse de la pandemia de COVID-19, agregó la OCDE, convirtiéndose en la última institución en reducir su pronóstico de crecimiento y subrayando un panorama económico sombrío.
La OCDE, un club de naciones en gran parte ricas y con sede en París, pronosticó que la economía global se expanda 3% en el 2022, por debajo del 4.5% que esperaba en diciembre.
También pronosticó que la inflación sea de casi el 9% para los 38 países miembros de la OCDE, que incluyen a Estados Unidos, Reino Unido y muchas naciones europeas, casi el doble de los cálculos anteriores.
El Banco Mundial (BM), Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han hecho recortes similares a sus pronósticos económicos recientemente.
“La guerra de Rusia está imponiendo un precio muy alto a la economía mundial”, afirmó el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, en París.
La organización publicó su pronóstico mientras se prepara para una reunión anual de dos días a partir del jueves, a la que asistirán ministros de varios gobiernos. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, hará algunos comentarios en video a los participantes.
La OCDE advirtió que la crisis económica afectará más a los pobres. La guerra está interrumpiendo el suministro de alimentos básicos y la energía, de los que Rusia y Ucrania son proveedores mundiales importantes, lo que está avivando la inflación, que carcome los ingresos disponibles y los niveles de vida, agregó.
La invasión rusa está perjudicando más el crecimiento económico en las naciones europeas porque están más expuestas a la guerra a través de vínculos comerciales y energéticos, pero la OCDE también dio la voz de alarma sobre los países pobres más lejanos que enfrentan escasez de alimentos.
“Estamos muy preocupados por la situación alimentaria en los países de bajos ingresos. La guerra realmente está enviando ondas de choque hasta África y Medio Oriente”, aseguró el economista jefe de la OCDE, Laurence Boone. “La guerra podría provocar hambruna. Podría causar disturbios políticos y agitación”.