Según los inversionistas, una oleada de disturbios sociales en América Latina está impulsando los diferenciales de los bonos y, probablemente, las mayores primas de riesgo hayan llegado para quedarse.
En Chile y Colombia, que mantenían algunos de los costos de endeudamiento más bajos de América Latina, los ciudadanos furiosos están obligando a los gobiernos a destinar más recursos a programas de bienestar social e, incluso, haciendo que los legisladores reescriban la constitución en Chile. Esto afectará los presupuestos y podría forzar déficits más amplios con el riesgo de calificaciones crediticias más bajas en el futuro.
“El malestar social y las mayores demandas de los votantes probablemente derivarán en un menor crecimiento, mayores costos fiscales y una presión continua hacia los extremos en términos de formulación de políticas”, dijo Aaron Gifford, un analista soberano de mercados emergentes de T. Rowe Price Associates Inc. en Baltimore, Maryland. “Inevitablemente, creo que eso implica una prima de riesgo más alta. Es decir, diferenciales más amplios”.
Mientras los países enfrentaban protestas callejeras impulsadas por motivos domésticos particulares, los inversionistas vieron como un efecto de contagio empujaba las monedas de Chile, Colombia y Brasil a mínimos históricos la semana pasada. Según un índice de Bloomberg Barclays, el rendimiento promedio de la deuda latinoamericana denominada en dólares aumentó en los últimos dos meses a su nivel más alto desde 2016 en noviembre.
Incluso después de que los bonos argentinos cayeran en picada este año, los diferenciales podrían ampliarse aún más si el gobierno no logra llegar a un acuerdo con los acreedores en el 2020. En Chile, el rendimiento adicional que exigen los inversionistas sobre los bonos del Tesoro de EE.UU. —o el riesgo país— se cotiza 30 puntos básicos más desde el estallido de las violentas protestas antigubernamentales del 18 de octubre, que obligaron al gobierno chileno a elevar el gasto y ampliar el déficit fiscal.
Las irregularidades electorales en Bolivia derivaron en la repentina renuncia de Evo Morales después de casi 14 años en el poder, alimentando los disturbios en la nación andina que no se atenuaron hasta después de un acuerdo para convocar nuevas elecciones. Los bonos del país se recuperaron después de una liquidación inicial.
Y en Ecuador, el presidente Lenin Moreno depende del Congreso para impulsar reformas para cumplir con los términos de un programa del Fondo Monetario Internacional. Los bonos se desplomaron a un nivel récord después de que el Congreso rechazó un paquete inicial y los inversionistas se vieron afectados con una de las mayores pérdidas en bonos de mercados emergentes en noviembre.
Según índices de JPMorgan, de los 11 países en desarrollo con peor desempeño para la deuda en los últimos tres meses, seis son naciones latinoamericanas.
“Están sucediendo eventos locos y muy imprevistos, al menos en el análisis típico del día a día que todos hacemos como inversionistas”, dijo Gifford de T. Rowe. “Tenemos que ampliar nuestros horizontes e incorporar nuevos factores de riesgo y ser un poco más ágiles”.
Quizás el evento más loco de todos es el de Surinam, donde la condena al presidente por asesinato la semana pasada fomentó un desplome único en los bonos en dólares de la nación sudamericana, que ya sufría el deterioro de las cuentas fiscales.
De todos modos, aún existen casos aislados de estabilidad. Perú tiene una baja deuda en dólares y evitó las protestas callejeras persistentes y generalizadas a pesar de la decisión del presidente Martín Vizcarra de disolver el Congreso. Brasil, en tanto, superó su rendimiento en 2019 gracias a los avances de una agenda de reformas, incluso después de que el presidente Donald Trump restableciera los aranceles al acero.
Los activos mexicanos generalmente han tenido un buen desempeño bajo el mando del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha dirigido el país durante un año. Aunque el crecimiento se ha estancado junto con la inversión y la actividad del mercado de capitales, las altas tasas de interés y la gestión fiscal conservadora han apuntalado al peso.
“Las protestas han tenido una alta tasa de éxito y debemos esperar verla en varios países”, dijo Shamaila Khan, directora de deuda de mercados emergentes con sede en Nueva York de AllianceBernstein.