Los banqueros centrales de América Latina, los primeros a nivel mundial en iniciar recortes a las tasas de interés después de la pandemia, ahora moderarán sus ciclos de flexibilización debido al empeoramiento de las perspectivas globales, según la economista jefe de JPMorgan Chase Co. para la región.
Los encargados de política monetaria están en alerta debido a que el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense y las posibilidades de un mayor ajuste por parte de la Reserva Federal debilitan las monedas locales, lo que aviva la presión inflacionaria al aumentar los precios de las importaciones, dijo Cassiana Fernández en una entrevista en las oficinas de JPMorgan en São Paulo.
Los banqueros centrales de la región actuarán con mayor cautela, y mantendrán los costos de endeudamiento altos durante más tiempo de lo esperado.
“América Latina fue pionera, pero ahora no podrá recortar tanto”, dijo Fernández. “Los banqueros centrales serán cautelosos mientras observan los impactos de las decisiones de política monetaria en sus monedas”.
Muchos banqueros centrales latinoamericanos han reducido los costos de endeudamiento este año luego de cosechar los beneficios de los agresivos aumentos a las tasas de interés a partir de 2021.
Dichas medidas hicieron que los responsables de política monetaria de la región estén meses por delante de economías desarrolladas como Estados Unidos y el Reino Unido. Sin embargo, esa iniciativa de flexibilización está enfrentando obstáculos, como un aumento de los precios del petróleo en medio de la guerra entre Israel y Hamás.
Más recientemente, el banco central de Chile desaceleró su ritmo de flexibilización por segunda vez y detuvo un programa para acumular reservas extranjeras que había afectado al peso. Antes de esa sorpresiva decisión de la semana pasada, la moneda había registrado una de las mayores caídas del mundo en los tres meses previos.
Chile puede servir de “advertencia” para el resto de la región sobre cómo un panorama global más complicado puede perjudicar a las monedas locales, dijo Fernández. Los bancos centrales de América Latina deberían evitar asumir fuertes compromisos al anunciar recortes de tasas.
“Esa es la mayor lección aprendida: permitirse ser flexibles”, dijo la economista, añadiendo que estima que las tasas de Chile caerán al 5% al final del ciclo, frente al 9% actual.
De hecho, las monedas latinoamericanas han liderado las pérdidas de los mercados emergentes en los últimos tres meses después de fuertes avances a principios de 2023. En ese período, el peso chileno perdió un 9%, mientras que tanto el peso mexicano como el sol peruano bajaron cerca de un 7% y el real brasileño se debilitó un 6%.
Mientras el dólar se mantenga fuerte a nivel mundial y los precios de algunos productos básicos suban, es posible que la inflación regional tarde más en desacelerarse, lo que llevaría a los banqueros centrales a tomar medidas de manera más gradual, dijo Fernández.
“Es un momento muy complicado para los mercados emergentes”, afirmó.