Desde Kazajistán y Azerbaiyán hasta Nigeria y Angola, las grandes petroleras están regateando con los gobiernos sobre cómo compartir profundos recortes de producción, que se suman a las complicaciones por los bajos precios del petróleo y las menores ventas de combustible debido a la pandemia.
Las grandes petroleras tradicionalmente han evitado los grandes recortes en países de la OPEP, como Nigeria, y nunca han tenido restricciones en países fuera del cartel, como Kazajistán, donde están protegidas por cláusulas especiales.
Los acuerdos de producción compartida (PSA) se están dejando de lado después de un pacto entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) para reducir la producción un 23%, para apuntalar los precios por la reducción de un tercio de la demanda mundial de energía.
Las reducciones de producción sin precedentes, a partir del 1 de mayo, son imposibles en la mayoría de los países sin la ayuda de las grandes empresas.
“Esperamos ver que los volúmenes se reduzcan en el segundo trimestre debido al acuerdo de la OPEP+”, dijo el presidente ejecutivo de BP, Bernard Looney, en una conferencia telefónica, cuando informó de una caída de las ganancias y un aumento en la deuda.
Durante el colapso del precio del petróleo en el 2014-2016, las petroleras integradas, como BP, sufrieron una baja de las ganancias de sus unidades de producción de petróleo, pero la compensaron con los fuertes resultados de refinación y distribución. Esta vez es diferente.
BP dijo que esperaba márgenes de refinación significativamente más bajos en el segundo trimestre, cuando las restricciones globales para detener la propagación del virus alcancen su punto máximo, reduciendo el consumo de gasolina, diésel y combustible para aviones.
BP, Royal Dutch Shell, Total y Eni han mostrado un crecimiento constante de la producción en los últimos años, a menudo sorprendente, ya que tentaron a los inversores con un retorno sólido y generosos dividendos para compensar la presión de los activistas del cambio climático.
Todavía no es posible predecir los recortes exactos de la producción para las grandes petroleras porque muchos gobiernos todavía están encerrados en conversaciones difíciles.
Podrían llegar a un récord de cientos de miles de barriles por día (bpd) por cada gran petrolera, o del 5% al 10% de su producción, en función de su exposición a los países de la OPEP.
De Asia a África
Azerbaiyán solicitó al principal consorcio extranjero que reduzca la producción en 80,000 barriles por día, lo que significó una baja neta para BP de alrededor de 30,000 bpd.
Looney dijo que BP también estaba en conversaciones con Rusia, donde posee un 20% de la petrolera Rosneft, y con Angola y en Oriente Medio.
En Kazajistán, ExxonMobil, Chevron, Eni, Total y Shell han estado en conversaciones con el gobierno sobre los recortes en tres proyectos gigantes: Kashagan, Karachaganak y Tengiz, dijeron cinco fuentes de la industria.
Las grandes petroleras representan el 60% del bombeo de Kazajstán de 1.7 millones de bpd, lo que hace imposible que el país cumpla con su cuota de recorte de la OPEP+ de 390,000 bpd sin recurrir a ellas.
En Nigeria, Shell y otras grandes empresas también están manteniendo conversaciones con la empresa petrolera nacional NNPC para reducir la producción en tierra y en alta mar, según siete fuentes comerciales.
Shell y Total tendrán que compartir la carga del recorte de 285,000 bpd de Omán, mientras que Iraq todavía está discutiendo con grandes, como Exxon y BP, sobre la repartición exacta del recorte de un 1 millón de bpd.