Los inversores de todo el mundo están subestimando los riesgos financieros del cambio climático, y las empresas deben comenzar a revelar su exposición, según el Fondo Monetario Internacional.
A medida que aumentan las temperaturas globales, los eventos climáticos severos pueden afectar a las compañías que poseen activos en áreas impactadas por sequías, inundaciones, incendios forestales y tormentas, dijo el fondo el viernes en un capítulo de su Informe de estabilidad financiera global.
En la actualidad, los precios de los activos no reflejan el riesgo de eventos climáticos extremos que pueden costar US$ 1 billón anualmente a partir del 2050, dijo el FMI.
“Las valoraciones de las acciones desde 2019 no parecen reflejar los cambios pronosticados en el riesgo físico en varios supuestos de cambio climático”, dijeron los investigadores del FMI en el informe, que incluyó un análisis de los mercados de renta variable en 68 países desarrollados y en desarrollo en los últimos 50 años.
El FMI también señaló riesgos de transición, a medida que los gobiernos y los mercados avanzan hacia una economía neutral en carbono.
Las temperaturas mundiales han aumentado 1.1 grados centígrados desde los tiempos preindustriales y, según los niveles actuales de emisiones de gases de efecto, subirán 3 grados centígrados para finales de siglo, según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU.
Tal aumento podría desencadenar eventos ambientales irreversibles, desde sequías hasta una subida del nivel del mar, y hacer que algunas áreas del planeta sean inhabitables.
La cantidad de eventos climáticos extremos, como sequías, incendios forestales, inundaciones y tormentas, se ha cuadruplicado desde la década de 1980, aumentando a un promedio de 200 por año durante los últimos 20 años, según el informe del FMI. El coste de estos desastres climáticos también se ha disparado, al superar los US$ 120,000 millones anuales frente a los US$ 22,000 millones de la década de 1980.
No obstante, el impacto de los fenómenos meteorológicos extremos en los precios de las acciones ha sido generalmente modesto, reconoció el informe del FMI, ya que los inversores descuentan en gran medida los riesgos potenciales.
“Los inversores deberían exigir una prima por tener activos expuestos a un incremento futuro del riesgo físico inducido por el cambio climático”, dice el informe. “Un cambio repentino en la percepción de los inversores sobre este riesgo futuro podría conducir a una caída en los valores de los activos, generando un efecto dominó en las carteras de los inversores y los balances de las instituciones financieras”.
El fondo reconoció que hay varios obstáculos: los inversores en renta variable que tienden a centrarse en el corto plazo, se enfrentan a “un obstáculo informativo desalentador” con investigaciones que son a largo plazo por naturaleza. Tampoco hay una regulación o método estándar para que las corporaciones divulguen los riesgos climáticos en muchos países.
Sin embargo, los inversionistas en bonos han comenzado a contabilizar los riesgos climáticos ya que la rentabilidad está directamente relacionada con el rendimiento a lo largo del tiempo, como la deuda municipal de EE.UU. en una región que se enfrenta a peligros de inundación a medida que suben los niveles de agua.