Ether arrastró los activos digitales a la baja después de que la innovadora actualización de software de la red subyacente del token se convirtiera en lo que algunos observadores del mercado denominaron un evento de “vender la noticia”.
La segunda criptomoneda más grande en términos de valor de mercado después del bitcóin cayó hasta un 8.9% a US$ 1,460. El ether, que ya había caído más del 50% este año, se había multiplicado por más de cinco el año pasado, en parte por el optimismo sobre la actualización.
”Ahora la emoción en torno a ‘la Fusión’ ha terminado y no tenemos un catalizador para Ethereum a corto plazo”, dijo Martha Reyes, jefa de investigación en BeQuant, intercambio criptográfico y corredora. “Sería natural esperar un poco de rotación de regreso al bitcóin”.
El bitcóin cayó alrededor del 1% a US$ 19,746. Cardano retrocedió alrededor del 2.8%, Polygon bajó un 1.9%, mientras que Solana registró poca variación.
“¡Se acabó! (...) A todos los que han contribuido al éxito de The Merge (‘fusión’): pueden sentirse muy orgullosos hoy”, tuiteó Vitalik Buterin, cofundador de esta cadena de bloques.
La actualización de Ethereum la hace mucho más eficiente desde el punto de vista energético y allana el camino para que se amplíe y sea más rápida, según los desarrolladores de la red. La actualización tardó años en realizarse y parece haber ido bien, aunque es posible que haya contratiempos.
Cambio complejo
Como todas las criptomonedas, Ethereum empezó a funcionar mediante una cadena de bloques de instrucciones encriptadas, que son creadas de forma incesante por miles de ordenadores en todo el mundo, de forma autónoma y automática.
Con esta operación la moneda, que representa el 20% del mercado (40% para bitcóin) pasa de un sistema conocido como “proof of work” (“prueba de trabajo”), que certifica que la inscripción ha sido realizada por esos ordenadores, a la “prueba de participación” (“proof of stake”), en la que básicamente se recompensa a los que aportan financieramente su capital.
Es un cambio complejo que desde el punto de vista ecológico tiene un impacto enorme en el mundo de las criptomonedas. Se calcula que el funcionamiento de Ethereum hasta ahora consumía anualmente la misma cantidad de electricidad que Nueva Zelanda.