A inicios del nuevo milenio, muchas universidades estadounidenses empezaron a apostar por el Medio Oriente como lugar de destino para operar un segundo campus. En Catar, comenzaron a operar Georgetown, Northwestern, Texas A&M, Carnegie Mellon y la facultad de Medicina de Cornell. En paralelo, en Emiratos Árabes Unidos, abrían sus puertas a los alumnos el Instituto de Tecnología de Rochester y la Universidad de Nueva York.