Los precios del cobre caían el lunes a mínimos de 17 meses, ya que las nuevas restricciones por el COVID en China, el principal consumidor del metal, la desaceleración de la actividad manufacturera mundial y el aumento de los inventarios desataron la preocupación por la demanda y las ventas.
El cobre referencial en la Bolsa de Metales de Londres (LME) bajaba levemente y cotizaba a US$ 8,044 la tonelada a las 1040 GMT.
Los precios del metal, utilizado en la energía y la construcción, cayeron previamente a US$ 7,918, su nivel más bajo desde febrero de 2021.
“Los fabricantes de China lo han pasado muy mal. La gente teme a la inflación y la recesión, pero la probabilidad de recesión es inferior al 50%”, dijo Dan Smith, director gerente de Commodity Market Analytics. “El mercado necesita encontrar un suelo, pero los metales industriales empiezan a parecer un buen valor”.
Las ciudades del este de China reforzaron el domingo las restricciones por el COVID-19 ante la aparición de grupos de casos, lo que supone una nueva amenaza para la recuperación económica del país bajo la estricta política gubernamental de cero COVID.
El sector manufacturero mundial sufrió en junio debido a que el aumento de los precios y unas perspectivas económicas más oscuras hicieron que los consumidores se mostraran reticentes a realizar compras, mientras que la invasión de Rusia a Ucrania se sumó a las interrupciones de la cadena de suministro, según los sondeos.
Las existencias de cobre en los almacenes autorizados por la LME aumentaron en 10,100 toneladas, hasta las 136,950 toneladas. Han subido más de un 20% en la última semana.
La actividad económica se ve afectada por el aumento de la inflación y las subidas de las tasas de interés en muchos países, incluido Estados Unidos, donde se espera que la Reserva Federal lleve a cabo otra subida de tasas de 75 puntos básicos este mes.
Entre otros metales básicos, el aluminio subía un 0.5% a US$ 2,457, el zinc ganaba un 2.6% a US$ 3,109, el plomo bajaba un 0.7% a US$ 1,920, el estaño sumaba un 0.9% a US$ 26,900 y el níquel avanzaba un 4.3% a US$ 22,770 la tonelada.