Los bonos de América Latina se dirigen a una recuperación en el 2023 mientras los inversionistas planean el momento perfecto para aprovechar las gangas antes de que un cambio en la tendencia de la Reserva Federal y la reapertura de China los impulsen al alza.
La deuda denominada en dólares de Gobiernos y empresas latinoamericanas ha brindado a los inversionistas retornos de más del 10% en lo que va del trimestre, superando a todas las demás regiones de un índice de mercados emergentes que ha registrado un retorno del 7% en ese periodo.
El alejamiento de China de las reglas de su política cero COVID, el posible final del ciclo de aumento de tasas de interés de la Reserva Federal y una situación política más tranquila podrían ayudar a que los bonos de la región brillen aún más en el nuevo año.
“América Latina será una de las regiones más favorecidas y, como resultado, los créditos soberanos deberían tener un desempeño bastante bueno”, dijo Graham Stock, estratega de Bluebay Asset Management en Londres, que favorece los bonos baratos de Ecuador y Argentina. “Es probable que el crecimiento en China se acelere en 2023. Los altos precios de los productos básicos y el aumento de la demanda china agregan un apoyo importante para la región”.
Los grandes exportadores de productos básicos como Brasil, Chile y Perú deberían beneficiarse del aumento de la demanda de China a medida que Pekín se aleja de sus políticas cero COVID y fortalece el apoyo del Gobierno a su asediado mercado inmobiliario. La región también está menos expuesta a la guerra de Rusia en Ucrania, que probablemente seguirá pesando sobre los créditos europeos emergentes.
Según Jared Lou, gestor de cartera de deuda de mercados emergentes en William Blair Investment Management en Nueva York, la deuda de América Latina será la más beneficiada entre los mercados emergentes de una menor volatilidad en las tasas de Estados Unidos, ya que tiene una mayor duración, una medida de sensibilidad a la fluctuación de las tasas de interés.
La deuda de la región tiene una duración promedio de 8.1 años, en comparación con los 6.9 años del índice de deuda soberana de mercados en desarrollo de JPMorgan Chase & Co. La deuda de África tiene una duración media de 5.4 años, mientras que la de Asia se sitúa en 6.7 años; la de Europa, en 5.3 años; y la de Medio Oriente, en 7.2 años.
Menores riesgos políticos
El riesgo político puede pasar a un segundo plano el próximo año. Ninguna de las principales economías de la región tiene programadas elecciones presidenciales hasta octubre, cuando los argentinos elegirán un nuevo líder.
En Brasil, los operadores esperan que el Gobierno del presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, sea fiscalmente responsable, incluso si su elección de ministro de Hacienda no es un favorito del mercado.
Los inversionistas también se han tranquilizado respecto del colombiano Gustavo Petro, quien propuso detener la exploración petrolera y vender bonos para financiar la compra de tierras, ya que los bonos de la nación son demasiado baratos para ignorarlos, según Zulfi Ali, administrador de dinero en PGIM Fixed Income en Newark.
“El riesgo es que persistan las políticas hostiles al mercado, pero hasta ahora han tendido a girar hacia lo que espera el mercado”, dijo Ali y agregó que la empresa tiene una pequeña sobreponderación en los bonos corporativos de la región. Otros rincones de América Latina, como República Dominicana, dijo, también son atractivos ya que el riesgo político es “bastante pequeño”.
Los inversionistas también ven poco riesgo de default en El Salvador en el 2023, donde las políticas de Nayib Bukele han hecho que la deuda soberana caiga en picada. El bono de la nación que vence en enero se ha estado acercando al par.
E incluso en Perú, donde acaba de juramentar su sexto presidente en cuatro años, los inversionistas se sienten tranquilizados por las posiciones fiscales y externas relativamente fuertes, así como por la elección de un execonomista del banco central formado en Estados Unidos como titular de Economía y Finanzas.
Desde fines de octubre, cuando se detuvo la venta masiva bonos en dólares de mercados emergentes, América Latina ha visto el menor estrechamiento relativo en los diferenciales entre las cinco regiones. Eso sugiere que hay margen para que se contraigan aún más, especialmente dado el posible mejoramiento del clima político.