Comienza a sentirse tan normal como usar cubrebocas: para protegerse contra el COVID, personas de todo el mundo están evitando subirse a trenes y autobuses. Sin embargo, esta tendencia es parte del gran regreso de los automóviles, la misma que está provocando que las ventas de vehículos se disparen y que la demanda de petróleo y metales aumente.
Julie Murataj es parte de ese cambio. Ahora, en lugar de dejar que dos de sus tres hijos tomen el transporte público para ir a la escuela, los lleva ella.
Después, conduce su SUV Volvo al trabajo donde ayuda a escolares londinenses a cruzar la calle deteniendo el tráfico con una señal de alto brillante, roja y amarilla que los británicos llaman “piruleta”.
“Ahora hay muchos, muchos más autos”, dijo Murataj. “Las calles están ahora más transitadas de lo que solían estar antes de la pandemia”.
La gente, después de estar atrapada en sus casas durante tanto tiempo, está ansiosa por salir de nuevo. Eso es una bendición para las economías recién reabiertas, a medida que los consumidores están listos para comenzar a gastar más en estaciones de servicio, tiendas de conveniencia, restaurantes, hoteles y atracciones. Daimler AG, BMW AG y Toyota Motor Corp. comenzaron el año con ventas récord, y las cosas están tan calientes que los precios de los autos usados en EE.UU. se están disparando a máximos históricos.
El aumento en las ventas de vehículos es una fuerte señal de que esto es más que una moda pasajera. Al igual que el omnipresente cubrebocas, el renacimiento del automóvil podría ser el último ejemplo de cómo el COVID-19 tendrá un impacto duradero en nuestras vidas. El cambio podría marcar el comienzo de una era de atascos de tráfico más pesados y viajes más largos. Una mayor cantidad de autos en las calles hará que el consumo de gasolina se dispare, pero con eso también viene un aumento de la contaminación. El incremento en el uso de gasolina que proyecta la Agencia Internacional de Energía ,solo para este año, agregaría hasta siete millones de toneladas de emisiones de carbono por día.
El tráfico en Hong Kong ya está dos veces más congestionado que en el 2019. Las calles de Tel-Aviv, Moscú y Bucarest están ahora más concurridas que antes de la pandemia, según TomTom NV. En EE.UU., el número de kilómetros recorridos al día está comenzando a superar los niveles del 2019, y en el Reino Unido, las ventas de combustible se han elevado por encima de los niveles anteriores a la pandemia, mostrando pocas señales de desaceleración.
“La gente tiene mucho dinero en efectivo en sus bolsillos, y a medida que el confinamientos se vaya relajando, los lugares se abrirán y permitirán ese tipo de viajes de placer que pueden haber sido bloqueados”, dijo Richard Bronze, cofundador de la consultora Energy Aspects, con sede en Londres.
La gasolina es la gran ganadora.
Las ganancias que se obtienen de la fabricación del combustible están cerca de los máximos estacionales de cinco años y se espera que se mantengan fuertes a medida que el hemisferio norte se dirige a la temporada de verano. La refinería estadounidense Valero Energy Corp., dice que las ventas de gasolina están casi en niveles previos a la pandemia, y los mayores alcistas predicen que la demanda podría alcanzar un récord. La Administración de Información Energética de Estados Unidos espera que los precios del combustible este verano sean los más altos desde el 2018.
Y así, la imagen se extiende por todo el mundo. Esta semana, BP Plc dijo que la demanda de petróleo en China está nuevamente por encima de los niveles previos al COVID. En Europa, los indicadores de la congestión de las carreteras compilados por Bloomberg y que abarcan 15 países acaban de publicar su lectura más sólida en 10 semanas, a medida que la región emerge de otra ola del virus.
En Japón, una explosión de solicitudes de licencias de conducir indica un cambio duradero a los viajes en automóvil. Las solicitudes procesadas en la prefectura de Shizuoka, al sur de Tokio, aumentaron 8.7% en el 2020, según la policía de la prefectura. Es el primer aumento significativo en la última década. La mayor parte de las solicitudes provino de personas de 20 años, un cambio marcado desde la época anterior a COVID, cuando las generaciones más jóvenes optaban cada vez más por renunciar a la propiedad de un automóvil.
“Somos bastante optimistas sobre la gasolina en el futuro”, dijo Gary Simmons, director comercial de Valero, en una llamada la semana pasada.
Los clientes “a menudo me dicen que están comprando automóviles para moverse y superar el aburrimiento y la frustración de quedarse en casa todo el tiempo”, dijo Gulati, quien también es presidente de la Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automóviles, que representa 90% de los concesionarios en India.
“Pueden salir un fin de semana por la mañana, conducir 300 kilómetros y regresar por la noche. Es una buena idea para salir en familia”.
Se espera que ese deseo de viajar aumente en los próximos meses, cuando el hemisferio norte disfrute del clima de verano. Los trabajadores de oficina tendrán días de vacaciones para disfrutar y los niños no irán a la escuela, por lo que muchas familias cargarán sus autos y saldrán a la carretera.
Saad Rahim es el economista jefe con sede en Ginebra de Trafigura Group, una de las principales casas independientes de comercio de productos básicos del mundo. Actualmente, dice, conduce al menos el doble de lo que conducía antes de que comenzara la pandemia, principalmente en viajes familiares por Suiza.
Estar en un automóvil es como estar en “tu propia burbuja”, dijo. “La gente está sacando partido de eso”.