Estimulado por China y los autos eléctricos, el cobre gana nuevamente terreno, dándole impulso a la economía de Chile, principal productor mundial del metal rojo, en la antesala de la elección presidencial del domingo.
Pero la fiesta puede ser efímera si el próximo gobierno de Chile no logra mediar con éxito entre las demandas ambientalistas y las compañías, afirman expertos.
"Un nuevo ciclo de precios de alza del cobre y otros 'commodities' podría extenderse fácilmente hasta mediados de la próxima década", gracias al crecimiento de China, responsable del 50% de la demanda global, y del boom de fabricación de autos eléctricos, explica Juan Carlos Guajardo, director de la consultora Plusmining.
El precio del cobre se ubicará en promedio por encima de los tres dólares la libra física durante el 2018, según las proyecciones de Guajardo. La mejor noticia que podría tener una economía chilena dependiente del metal rojo para crecer.
Responsable de un tercio de la producción global, Chile es y seguirá siendo el rey del cobre. "Eso no está en duda con una producción que en el 2018 va alcanzar los 5.4 millones de toneladas de cobre fino. Perú está segundo, con 2.3 millones. El gran desafío es saber si se va a mantener ese nivel e incluso subirlo para satisfacer la demanda", dice a la AFP el vicepresidente de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco, un organismo técnico oficial), Sergio Hernández.
Con una cartera de inversiones de US$ 64,800 millones, Chile busca potenciar la explotación en viejos gigantes, como la mina de Chuquicamata en el norte del país de la compañía estatal Codelco y explorar nuevos yacimientos.
Aunque Cochilco está optimista en cuanto a inversiones, Guajardo alerta que "la previsión a mediano plazo para la inversión minera en Chile no será tan rápida o positiva como se prevé (...) La mayor cantidad de proyectos mineros de cobre están en otros destinos más jóvenes, menos desarrollados", como Perú, Mongolia, Ecuador.
Además de potenciar inversiones, en una economía en desaceleración que crecerá este 2017 un 1.4% -su menor valor en ocho años- el presidente que salga del balotaje del domingo tendrá la oportunidad de resolver el destino de una ley reservada heredada del dictador Augusto Pinochet (1973-1990) que obliga a Codelco a entregar a las Fuerzas Armadas el 10% de sus ingresos.
"La ley reservada es una camisa de fuerza que se le pone a Codelco", advierte Guajardo, quien celebra que ambos candidatos presidenciales, el opositor derechista Sebastián Piñera y el oficialista de izquierda Alejandro Guillier tengan planes para modificarla.
"Ambos candidatos han desarrollado propuestas para la minería bastantes mejores de lo propuesto en los últimos 30 años", por eso la industria chilena del cobre aguarda sin grandes sobresaltos el resultado del balotaje, agrega el especialista.
Desafíos para Codelco
Primera productora mundial de cobre, con cerca de un 11%, Codelco es por lejos la principal aportadora directa del fisco chileno. En sus 40 años, le ha entregado US$ 108,000 millones. Sus inversiones representan el 5% de la realizada hasta el 2016 y más que toda la inversión minera materializada en Chile.
"Codelco es una parte inmensa de la economía chilena", dice el presidente ejecutivo de Coldeco, Oscar Landerretche.
Con yacimientos que lleva explotando más de 100 años, la cuprífera enfrenta el desafío de mantener su posición de liderazgo.
Para los próximos años, el reto es consolidar los proyectos estructurales que tiene en ejecución (por casi US$ 18,000 millones) y mantener a raya la deuda de la empresa, de más de US$ 14,000 millones.
Además Codelco y toda la minería en Chile tienen nuevos frentes: la oposición de ambientalistas y comunidades- que este año incidieron en la decisión del gobierno de frenar un megaproyecto de hierro y cobre en la región norteña de Coquimbo, cerca de una reserva de pingüinos- y la caída en la disponibilidad de agua.
Trabajar de cara a las comunidades y evitar que el destino de los proyectos sea decidido por la justicia son los desafíos, advierte Cochilco.
¿Y el litio?
El mundo va hacia las energías limpias y eso es una buena noticia para el cobre. Para fabricar un auto eléctrico se necesitan 3.2 veces más de metal rojo que en un auto de gasolina, a lo que se le suma el uso de litio para baterías, otro metal que tiene en Chile su mayor reserva global.
En litio "estamos atrasados. Estamos acelerando el proceso de institucionalizar, buscando operadores que quieran invertir. Pero no queremos explotar el recurso natural, queremos que una buena proporción vaya exportada en productos con valor agregado, como baterías", advierte el vicepresidente de Cochilco.
No repetir el formato de producción de cobre, que privilegia la salida en bruto del metal, y sumarse a la ola del litio dependerá de que "el nuevo gobierno encuentra las formas para cambiar las regulaciones". Si no se hace, Chile puede quedar en la situación paradójica de tener los mayores y mejores recursos de litio del mundo y no aprovecharlo, explica por su parte Guajardo.
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