Los precios del cobre caían el viernes y se dirigían a su sexta semana consecutiva de pérdidas, en medio de los crecientes temores a que una desaceleración económica global afecte la demanda.
El cobre de referencia a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) bajaba un 0.2% a US$ 9,073 la tonelada a las 1100 GMT. El metal rojo iba en camino de su sexto declive semanal, que sería su racha de pérdidas más larga desde el 2019.
El cobre se utiliza en los sectores de la energía y la construcción y se considera ampliamente como un barómetro del crecimiento económico mundial. El metal ha bajado un 7% en lo que va del año después de alcanzar un máximo histórico de US$ 10,845 en marzo.
El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, dijo el jueves que un “aterrizaje suave” de la economía podría estar determinado por factores que el banco central no puede controlar, y agregó que la batalla para controlar la inflación “incluiría algo de dolor”.
“Ese es un mensaje bastante aterrador para el mercado (...) aumentó los temores de una posible recesión”, dijo Wenyu Yao, analista de ING.
“A corto plazo, los metales seguirán bajo presión”, agregó, y también citó las restricciones de COVID-19 en China, el principal consumidor, que había obstaculizado la demanda de metales e interrumpido las cadenas de suministro.
Shanghái tenía como objetivo llegar a “cero-COVID” a nivel comunitario en los próximos días y luego comenzará a aliviar gradualmente las restricciones de tráfico y abrir tiendas.
Un aspecto que pesaba sobre los precios del cobre era el aumento de las existencias en depósitos aprobados por la LME, que han subido un 35% en lo que va del año, a 177,000 toneladas, según mostraron los últimos datos de operadores.
Entre otros metales industriales, el aluminio subía un 0.6% a US$ 2,760 la tonelada, el zinc perdía 1.1% a US$ 3,492 la tonelada, el plomo bajaba un 1.5% a US$ 2,061 la tonelada, el estaño cedía un 0.5% a US$ 33,570 y el níquel caía 1.1% a US$ 27,490 la tonelada.