China debería liberar el tipo de cambio del yuan de forma gradual para respaldar una adopción global más amplia de la moneda, dijo un investigador del banco central.
China ha estado tratando de impulsar la influencia global del yuan desde el 2009 para reducir la dependencia del dólar estadounidense en acuerdos comerciales y de inversión y desafiar el papel del billete verde como la principal moneda de reserva del mundo.
Pero, a pesar de algunos pasos hacia la liberalización, mantiene un estricto control sobre la moneda por el temor a que una volatilidad excesiva pueda afectar los flujos de capital transfronterizos y dañar la economía.
“Tenemos que admitir que bajo la condición de internacionalización del yuan, no podemos manejar el tipo de cambio de la moneda. El banco central terminará por renunciar al objetivo de tipo de cambio”, dijo Zhou Chengjun, director del instituto de investigación financiera del Banco Popular de China, en un discurso en un foro reciente.
Liberar el yuan también ayudará al banco central a obtener más independencia política, declaró Zhou en el discurso publicado el miércoles.
La entidad ha dicho varias veces que básicamente se había salido de la intervención regular en el cambio de divisas, aunque continúa influyendo fuertemente en los movimientos comerciales diarios a través de la configuración de la tasa de orientación de la mañana.
China debería promover activamente la internacionalización del yuan, ya que más países esperan reducir su dependencia del dólar, dado el uso frecuente de sanciones por parte de Washington contra algunos países, indicó el funcionario.
Es probable que el yuan se aprecie frente al dólar a mediano y largo plazo debido al crecimiento económico sostenido de China y las consecuencias de la política agresiva de flexibilización de la Reserva Federal de Estados Unidos, dijo Zhou.
La persistente debilidad del dólar había ayudado a empujar al yuan a cerca de máximos de tres años la semana pasada. El Banco Popular de China introdujo múltiples medidas a fines del 2020 y a principios de este año para detener la apreciación de la moneda mediante la reducción de las entradas de capital.