El mercado de bonos en mora de Venezuela está volviendo a la vida, en tanto los operadores apuestan a que la decisión del Gobierno de canjear una participación en una refinería del Caribe para liquidar algunas de sus obligaciones podría presagiar más acuerdos en el futuro.
Los volúmenes todavía son pequeños, limitados por las sanciones que impiden a los inversionistas estadounidenses comprar los bonos. Pero cuando los valores se ponen a la venta, se compran en forma casi inmediata, principalmente por fondos europeos con gran tolerancia al riesgo.
Los precios de los bonos de la estatal Petróleos de Venezuela han subido hasta un 17% en el último mes, aunque siguen en niveles de deuda problemática, a unos 5.25 centavos de dólar. Los bonos soberanos han subido alrededor de un 20% a 11 centavos, según corredores y las hojas de condiciones a las que Bloomberg ha tenido acceso.
Es un giro respecto a los últimos años, cuando la deuda básicamente quedó olvidada en los balances en medio de las sanciones impuestas por la Administración Trump en el 2018 que impidieron cualquier tipo de reestructuración tradicional.
Ahora las esperanzas se han reavivado con el canje por la refinería, llamada Refidomsa, la primera evidencia tangible de que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro está dispuesto a comenzar a eliminar los bonos morosos, que, en US$ 80,000 millones con intereses, es una de las mayores cantidades de obligaciones incumplidas del mundo.
Los precios, además, están siendo impulsados por las negociaciones que están llevando a cabo en México representantes del Gobierno y de la oposición, en un intento por poner fin a años de estancamiento político.
La “opinión de los inversionistas ha cambiado para mejor en cuanto a la voluntad del Gobierno de negociar seriamente con los líderes de la oposición y de tomar las medidas necesarias para que la Administración de Biden tenga razones para relajar las sanciones”, dijo Dean Tyler, director de mercados globales de BancTrust, con sede en Londres.
Los recientes volúmenes de negociación de bonos son los más altos desde que se impusieron las sanciones, ya que los compradores acumularon posiciones antes de las negociaciones políticas. “El canje de Refidomsa ayudó a estimular la demanda, ya que subrayó la voluntad de Venezuela de comprometerse”, señaló Tyler.
Según el acuerdo alcanzado en agosto, el Gobierno otorgó a los inversionistas su participación del 49% en la refinería dominicana, valorada en unos US$ 88 millones, para liquidar alrededor de US$ 361 millones de antiguos bonos del Gobierno y de PDVSA. El llamado canje de deuda por acciones supuso un precio de los bonos cercano a los 24 centavos de dólar.
Las circunstancias particulares que rodean el canje sugieren que podría ser difícil de replicar con otros activos venezolanos. La transacción fue complicada: involucró a PDVSA, a los Gobiernos de Venezuela y República Dominicana y a una familia adinerada que tenía bonos de los que necesitaba deshacerse. Los funcionarios del Tesoro de Estados Unidos fueron informados de la operación y no pusieron objeciones.
Sobre el papel, el Gobierno venezolano tiene alrededor de US$ 6,000 millones en otros activos extranjeros que podría ofrecer a los acreedores, según Guillermo Guerrero, estratega de Emfi Group Ltd. que sigue los activos.
La lista incluye participaciones en refinerías en Cuba y Santa Lucía, partes de compañías de seguros y de comercialización en Aruba y Bermuda, cuentas por cobrar de sus años de envío de crudo a países del Caribe como ayuda, una parte del banco uruguayo Bandes, una planta de fertilizantes en Colombia, una empresa minera en España y una planta de fabricación de aluminio en Costa Rica.
Pero a medida que los inversionistas revisan la lista de lo que posee el Gobierno venezolano, pueden encontrar preguntas sobre las valoraciones, cómo evitar las sanciones de Estados Unidos y el hecho de que algunos Gobiernos extranjeros reconocen a Juan Guaidó como presidente encargado del país.
Jose Ignacio Hernández, exfiscal del Estado designado por Guaidó para proteger los activos de Venezuela en el exterior de los acreedores, dijo que muy pocos de los activos están libres de cargas.
Aun así, los acreedores más atrevidos ven el potencial de ganancia. También están considerando posibles canjes por activos locales, como empresas que fueron expropiadas por el Gobierno, y participaciones en empresas conjuntas y concesiones petroleras.
Las solicitudes de comentarios del Ministerio para la Comunicación del Gobierno no fueron respondidas.
Reducir el stock
Maduro ha declarado públicamente que su Gobierno quiere cumplir con sus obligaciones en el extranjero, que comenzó a incumplir en el 2017. Ha culpado al impacto de las sanciones estadounidenses por la espiral de la economía del país y por impedir que el Gobierno pague y reestructure sus obligaciones.
“Tengo el plan”, dijo Maduro durante una entrevista con Bloomberg TV en junio. “Nuestra vicepresidenta ejecutiva, ministra de Finanzas, ha presentado el plan a los tenedores. Ellos saben que estamos dispuestos. Saben que nuestro plan es viable”.
Aunque el Gobierno no ha revelado detalles de la estrategia, podría usar canjes para reducir el stock de deuda antes de sentarse a discutir una reestructuración mayor, para lo que probablemente falten años y que requeriría primero el levantamiento de las sanciones estadounidenses.
Hay poco optimismo en cuanto a que las negociaciones políticas, que se reanudan el viernes en México, den lugar a un acuerdo decisivo. Pero el hecho de que las partes se reúnan ha aumentado las posibilidades de que el Gobierno de Estados Unidos, que sigue de cerca las conversaciones, pueda empezar a reconsiderar algunas restricciones.
Esto también está ayudando a elevar los precios de la deuda. Un bono de PDVSA que vence en el 2020, respaldado por acciones de la refinería venezolana con sede en Estados Unidos, Citgo, ha llegado a subir hasta 28.5 centavos de dólar.
“El Gobierno de Maduro está consciente de que en el momento en el que puedan reestructurar la deuda es porque habrá habido un levantamiento de algunas sanciones clave”, dijo Francisco Rodríguez, economista y miembro del Consejo de Relaciones Exteriores que anteriormente se desempeñó como jefe de la oficina de presupuesto del Congreso de Venezuela. “Por lo tanto, todo lo que puedan hacer en este momento de precios bajos para retirar deuda los va a poner en mejor posición cuando comience la restructuración”.