El aluminio subió a su mayor nivel en 13 años después de que las turbulencias en Guinea se sumaran a las inciertas perspectivas de la oferta, en momentos en que se dispara la demanda mundial.
El metal llegó a subir un 1.9% en Londres y acumula un alza del 90% desde los mínimos alcanzados en abril del año pasado en medio de la recuperación económica mundial y la disminución de la oferta en China.
Los disturbios políticos en Guinea han contribuido a que el aluminio alcance nuevos máximos debido a la preocupación por la posibilidad de que se produzcan interrupciones en las operaciones de bauxita, un material clave para la producción de aluminio.
Incluso antes de la desestabilización de la nación africana, el aluminio se había disparado ya que las reducciones de producción en China modificaron las perspectivas de la oferta, y las primas pagadas por los consumidores apuntan a una creciente demanda.
Controles medioambientales más estrictos aumentarán los costos de los productores en todo el mundo, y es posible que los precios del aluminio tengan que alcanzar niveles récord para impulsar la oferta de forma significativa, según a Trafigura Group.
Guinea suministra casi una cuarta parte de la bauxita del mundo. Los líderes golpistas han instado a las empresas mineras a seguir operando y les han asegurado que se respetarán los contratos existentes con el Estado.
El golpe “ha generado preocupación por las posibles interrupciones del suministro de bauxita y alúmina”, dijo en una nota Ed Meir, analista de ED&F Man Capital Markets. “Sin embargo, es importante señalar que ambas habían estado subiendo de forma sostenida mucho antes del golpe y, en cambio, atribuimos su fortaleza a los mismos problemas que enfrentan otras materias primas”.
Entre ellos se incluyen una fuerte demanda y retrasos en los envíos, así como los esfuerzos de China por limitar la producción, añadió Meir.
El aluminio, que se utiliza en todo tipo de productos, desde latas de cerveza hasta aviones, había subido alrededor de un 38% este año en Londres antes del golpe, a medida que las empresas volvía a abrir tras los cierres por la pandemia y la demanda de los consumidores y la actividad económica se recuperaban.
Al mismo tiempo, las fundiciones chinas han tenido dificultades para mantener la producción durante una escasez estacional de energía y mientras Pekín intenta controlar las emisiones de carbono del país.
Los precios subieron un 1.3% para situarse en US$ 2,794 la tonelada a las 5:51 p.m. en la Bolsa de Metales de Londres, acumulando una ganancia del 41% en el año. El aluminio en Shanghái alcanzó su nivel más alto desde el 2006.
El resto de los metales se comportaron de forma mixta en Londres el miércoles. El cobre cayó un 1.1% y el níquel subió un 1.1%. La preocupación por la demanda en el sector inmobiliario chino ha pasado a primer plano esta semana, al aumentar las dudas sobre la capacidad del promotor China Evergrande Group para pagar sus deudas.