La ampliación del aeropuerto internacional Jorge Chávez que incluye la puesta en funcionamiento de una nueva torre de control, de una segunda pista de aterrizaje y de un terminal único de pasajeros, continúa generando controversia. A fines de setiembre -como se recuerda- dimos cuenta de las contradicciones entre LAP (concesionario de la infraestructura) y Corpac sobre la puesta en operación de la torre de control. ¿Qué halló -ahora- la Contraloría?
Antes de ir al detalle del hallazgo del órgano de control -según relata su último informe de orientación al que tuvo acceso Gestión-, recordemos que el mes pasado se pusieron en evidencia las contradicciones entre LAP y Corpac sobre la nueva torre de control, que ya está culminada.
Así, mientras LAP afirma que la puesta en marcha de la nueva torre será en enero del 2023, desde Corpac se indica que su puesta en funcionamiento podría demorar unos seis meses debido a que -tras la entrega de esta infraestructura a Corpac, hecho que aún no se concreta- se tendrá que implementar con equipos especializados, realizar pruebas y ejecutar una marcha blanca.
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Un punto pendiente -referido a la segunda torre de control- está relacionado con la compra de equipos de aeronavegación que serán usados por los controladores aéreos en la nueva infraestructura.
Los hallazgos de la Contraloría están relacionados con la adquisición de estos equipos.
Hace tres años, a fin de cumplir con la responsabilidad de implementar los equipos y sistemas de aeronavegación de la segunda pista de aterrizaje, Corpac suscribió con la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) ocho convenios específicos para que se encargue de los procedimientos de selección para la adquisición de los equipos de aeronavegación aérea.
¿Qué pasó después? La documentación recopilada por el órgano de control da cuenta de que -en febrero 2022- la Gerencia Central de Navegación Aérea recomendó a la Gerencia General de Corpac que se opte por no continuar con participación de la OACI en cuatro procesos pendientes, tomando en cuenta que otros cuatro se lograron concretar.
Se aconsejó -además- que dichos procesos pendientes sean conducidos por Corpac. Para ello se propuso que las dependencias correspondientes efectúen ajustes a las especificaciones técnicas de los cuatro procesos pendientes, fusionándolas en una sola, igual que el estudio de mercado.
En esa misma línea, la Gerencia de Logística emitió un pronunciamiento -en marzo del 2022- señalando que contaba con la capacidad operativa para llevar a cabo el proceso de selección de forma directa, precisando -además- que el tiempo estimado para la compra sería menor con relación a la OACI, tomando 133 días desde el inicio de los actos preparatorios.
Ante ello, el directorio de Corpac optó -el 2 de marzo del 2022- por resolver los convenios específicos por encargo con la OACI, correspondiente a cuatro procesos para compra de equipos, estableciéndose que sean adquiridos de forma integrada en un solo proceso.
-No se ha convocado nada-
El informe de orientación -emitido el 6 de octubre- refiere que han transcurrido más de 140 días hábiles desde la decisión de Corpac de resolver los convenios con la OACI para la adquisición de equipos de aeronavegación, los mismos que aún no han sido convocados, situación que se agrava al comprobarse -por parte de la Contraloría- que tampoco se cuenta con las especificaciones técnicas.
Esta situación -alerta- genera un riesgo de retraso en el cumplimiento de la obligación del equipamiento para la puesta en operación de la nueva torre de control y la segunda pista de aterrizaje.
Lo preocupante es que esta situación incumple con el contrato de concesión para la construcción, mejora, conservación y explotación del aeropuerto internacional Jorge Chávez, modificado mediante la adenda 7 del 25 de julio de 2017, que establece la obligación para la entrega de equipamiento de la nueva torre la que deberá ser cumplida -se indica a la letra- “a más tardar antes de los seis meses previos al inicio de operaciones programado por el concesionario”.
La fecha de entrega para la puesta en operación de la segunda pista de aterrizaje está prevista -de acuerdo a un oficio remitido por la Dirección General de Programas y Proyectos del MTC a la concesionaria- para el 30 de enero de 2023, por lo que los equipos debieron ser entregados en julio del 2022.
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-Lo que dijo Corpac-
En diálogo con Gestión, el presidente del directorio de Corpac, Jorge Salinas Cerreño, indicó -en setiembre- al ser consultado sobre los equipos de aeronavegación pendiente que este año debería concluir su compra.
“No se han paralizado los procesos, se están avanzando por etapas, por lo que, básicamente, en muchos casos, nos quedaría la contratación. Sí hubo una dificultad de carácter administrativo, pero creo que deberíamos culminar hasta mucho antes. Este año, sin duda”, afirmó Salinas.