La falta de actividad física está cobrando un alto precio en la economía mundial y generando un aumento en los costos de enfermedades, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La agencia de Naciones Unidas estima que el costo anual de la inactividad física es de US$ 27,400 millones, marcado por 500 millones de casos nuevos de enfermedades no transmisibles y mentales prevenibles proyectados hasta el 2030. Los costos directos provendrán predominantemente de la depresión, la demencia y la hipertensión, que en conjunto representan alrededor del 70% del total.
”Necesitamos que más países amplíen la implementación de políticas para ayudar a las personas a ser más activas a través de caminatas, ciclismo, deportes y otras actividades físicas”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un comunicado. “Los beneficios son enormes, no solo para la salud física y mental de las personas, sino también para las sociedades, el medio ambiente y las economías”.
Las preocupaciones sobre el aumento de la obesidad, la mala nutrición y la falta de ejercicio aumentan a medida que el 81% de los adolescentes y el 27% de los adultos no cumplen con los niveles de actividad física recomendados y el gasto en atención médica se dispara. El informe analiza las consecuencias económicas y sanitarias de los niveles de actividad actuales.
Los investigadores definieron la inactividad como menos de dos horas y media de ejercicio moderado a la semana o menos de 75 minutos de actividad aeróbica vigorosa. Estudiaron datos económicos y de salud de 194 países, junto con tasas de accidentes cerebrovasculares, cáncer y otras enfermedades prevenibles.
El informe de la OMS no ha sido revisado por pares, y los autores reconocen que su trabajo estuvo limitado por datos inciertos en países de ingresos bajos y medios donde estimar costos fue más difícil. Además, Fiona Bull, jefa de la Unidad de Actividad Física de la OMS, dijo que a esa agencia le faltan algunos indicadores aprobados a nivel mundial.
”Puede ser un círculo vicioso, no contar con indicadores y datos conduce a la falta de seguimiento y responsabilidad, y luego, con demasiada frecuencia, a ninguna política y ninguna inversión”, dijo Bull.
El estudio no dice que el aumento de la actividad física pueda borrar por completo el precio proyectado para varios años de US$ 302,000 millones. También se debe tener en cuenta el costo de los programas y acciones gubernamentales para sacar a la gente de sus sofás.
La colaboración entre las agencias gubernamentales es necesaria para generar conciencia pública y cambiar los hábitos de las personas, y podría incluir mejoras de infraestructura e instalaciones recreativas. Bull dijo que la OMS está rastreando cómo les está yendo a los países con los objetivos de actividad física a través del Informe de estado global sobre actividad física, y los resultados no han sido prometedores.
”La idea principal es que es lento y desigual”, dijo Bull. “Y esta lentitud es el hecho de que tenemos muy poca o ninguna implementación de política en esos países”.