El último sábado –a través de una resolución ejecutiva– Servir dio luz verde al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para que pueda contar con un mayor número de empleados de confianza.
Al exceptuarla –específicamente– de la norma que pone un tope de 50 trabajadores que puedan ser contratados bajo esta modalidad en toda entidad estatal.
En el caso específico del MEF, se emitió una opinión favorable por un total de 53 cargos de confianza excedentes al límite legal establecido. No obstante, el MEF no es la única entidad estatal con esta posibilidad.
Magali Meza, gerente de Desarrollo del Sistema de Recursos Humanos de Servir, explicó a Gestión.pe que en los últimos tres años (del 2016 al 2019) se han exceptuado de este tope a 12 entidades públicas.
Entre las cuales se encuentran –además del MEF– los ministerios del Interior; Transportes y Comunicaciones; Educación; Salud; Produce; Cultura; Justicia además el Reniec; el Programa Nacional de Centros Juveniles; la Sunat e incluso el propio Servir.
Lo que representa –subrayó la funcionaria– apenas el 2.6% del total de entidades públicas en Perú.
“De las 426 entidades públicas, únicamente se ha exceptuado (del tope establecido para la contratación de personal de confianza) a 12 entidades en los últimos 3 años, que implica 2.6% del total”, comentó.
Para el abogado César Puntriano el problema radica en el riesgo que implica que las excepciones puedan convertirse en una regla general y se dé luz verde al ingreso de personal de confianza en el Estado, tomándose en cuenta que estos funcionarios son contratados sin necesidad de pasar por un concurso de méritos y que tampoco requieren de una especialización, poniendo en jaque el principio de la meritocracia.
A lo que se suma –indicó el laboralista– a que no se ha hecho público los fundamentos o motivos para exceptuar del tope establecido en la contratación de cargos de confianza de estas 12 entidades estatales.
Al respecto, la gerenta de Servir explicó que se ha venido otorgando esta excepción –que es válido y legal– por los cambios realizados al reglamento de organización y funciones (ROF) de estos organismos públicos.
“Cuando una entidad cambia su ROF, en realidad está creando una nueva estructura orgánica, que implica tener más órganos, por lo que se requiere de más directivos para ocupar estas jefaturas. A lo que se suma, de que estas entidades tienen órganos desconcentrados a nivel nacional, que ameritan por la dimensión que tienen –justamente– hacer esas excepciones de confianza. No es que se exceptúa la (posibilidad de contratar a trabajadores de) confianza porque sí o porque lo pide una entidad, existe un análisis técnico para decidir si realmente cabe o no cabe”, arguyó.
-¿Se pone en jaque la meritocracia?-
Para la funcionaria no existe el riesgo, ni el peligro de que las entidades públicas con ‘pase libre’ para contratar a un mayor número de personal de confianza, lo pueden hacer al libre albedrío colocando al amigo, vecino o hermano.
“Aún cuando el puesto de personal de confianza no requiere de un concurso público, se mantiene la meritocracia porque no se va a traer al amigo, familiar o vecino, dado que se tiene que cumplir con el perfil del puesto, lo que implica que el postulante tiene que tener la experiencia para cubrirlo y un nivel de especialización, más aún si (el cargo) es de nivel directivo”, precisó.
“La entidad estatal no puedo poner a cualquiera, de lo contrario estaría cometiendo una falta grave sujeta a una sanción administrativa. El perfil del puesto garantiza –más allá de la ausencia de un concurso de méritos– la meritocracia”, subrayó.
No obstante, la desconfianza se genera –apuntaló Puntriano– cuando son las propias entidades públicas, las que elaboran los perfiles profesionales (o requisitos) para los cargos de confianza en el Estado.
Lo que podría, en su opinión, tergiversarse para llevar a puestos gerenciales a gente cercana a los gerentes o altos funcionarios de la propia entidad estatal.
Meza aclaró que ello no es posible, dado que los perfiles para estos puestos son elaborados en base a una metodología técnica por los profesiones de la oficina de recursos humanos de la entidad estatal, bajo la supervisión de Servir.
“El perfil del puesto de confianza no lo hace la entidad sino (su oficina de) recursos humanos con la supervisión y la asistencia técnica de Servir, que garantiza que se cumpla con la metodología diseñada desde el 2013. De esta manera, salvaguardamos que estos perfiles tengan que ser técnicos y además, constituyen documentos de excepción. Así, se evita que el puesto (de confianza) sea dirigido”, remarcó.