Acelerar el retorno a las clases presenciales no solo ayudará al desarrollo educativo y social de los alumnos, sino también contribuirá a la reactivación económica, destacaron especialistas.
Refieren que no contar con clases presenciales tiene impactos de corto y largo plazo.
En el corto plazo, una familia que cuenta con niños ha tenido que designar a una persona para su cuidado en casa, cuando antes el niño estaba por varias horas en el colegio. Esto reduce las posibilidades de empleo y de generar ingresos.
“El impacto ha sido mayor para las mujeres, a quienes mayormente se les ha recargado esa labor. Podrían hacer trabajo remoto, pero sus posibilidades se limitan en comparación a cuando podían salir a trabajar”, indicó Norma Correa, Profesora e investigadora en la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Este efecto también ampliará la brecha laboral entre hombres y mujeres, advirtió Pablo Lavado, investigador y director de la Maestría en Economía de la UP.
“Las mujeres están retrasando su retorno al mercado laboral; esto les genera pérdida de habilidades, por lo que cuando regresen les va a ser más difícil encontrar empleo y van a ganar menos”, subrayó.
Correa agregó que un estudio realizado en Chile por la universidad Diego Portales mostró que en las zonas con mayor cantidad de escuelas abiertas es donde el empleo femenino se recuperó.
“En el Perú aún no se han hecho estudios, pero no me sorprendería que ocurra lo mismo”, anotó.
Hacia el mediano y largo plazo, Lavado refiere hay que otros estudios que demuestran el impacto por la pérdida de aprendizajes y capacidades, lo cual afectará en el nivel de salarios de los jóvenes.
“Por cada periodo de cierre de aulas, se pierden aprendizajes. Las menores habilidades reducen la productividad de la persona, por lo cual tendrá una reducción de salarios de entre 10% y 40%”, subrayó.
El impacto varía pues es mayor para quienes tienen menos posibilidades de recuperar esos aprendizajes perdidos, por ejemplo, quienes están en los últimos años de sus estudios escolares o universitarios, agregó Lavado.
Este impacto también afecta a un país en términos macroeconómicos. Así, por cada año de escuelas cerradas se estima que el PBI de un país deja de crecer en 0.8 puntos porcentuales, refiere Lavado.
Los analistas subrayan que la meta debe ser el retorno a clases presenciales desde marzo del 2022 en el 100% de las escuelas. Y desde ahora se deben tomar medidas para lograr esa meta.
“Por ahora lo normal es un colegio cerrado y la excepción es abrir. Desde marzo debe ser al revés. Para ello debe haber una decisión política al máximo nivel, del presidente y ministros. La iniciativa del Gobierno Regional de Cajamarca de abrir los colegios demuestra que sí se puede lograr ello cuando hay voluntad”, sostuvo Norma Correa.