Los primeros meses del año trajeron consigo una recuperación paulatina del sector minero que, si bien, no fue de los más afectados por la pandemia, sufrió la pausa de algunos proyectos. A ello se suma que, como en otras industrias, tuvo que adaptarse a la digitalización para continuar con sus operaciones.
Sin embargo, según el último estudio KPI para cambio de trabajo elaborado por DNA Human Capital, estos efectos no impactaron de manera significativa en las pretensiones salariales de los altos ejecutivos de las mineras para cambio de empresa.
Hasta el cierre del primer trimestre del año, los puestos claves solicitaban 18% más de remuneración para rotar a otra compañía, el doble de lo que piden los ejecutivos chilenos en dicho sector.
Aun cuando la cifra en nuestro país decreció en cinco puntos porcentuales respecto a lo que se requería en los últimos meses del 2020, la variación no se encuentra fuera del rango.
“Minería es el sector principal en Perú, el que mueve el PBI. Además, es un campo muy seguro. Los profesionales que trabajan para este rubro se forman desde los primeros años de estudios para hacer toda su carrera ahí”, explica Mauro Canevaro, executive manager de DNA Human Capital. Por ello, indica, al momento de evaluar un cambio, aumentan las expectativas.
Factores que impactan
A lo señalado se suma hoy un contexto marcado por la incertidumbre política, en el que mudarse de empleo representa un riesgo. Este factor, indica Canevaro, también se traduce en expectativas económicas mayores.
Por su parte, en Chile el impacto del COVID-19 en el sector minero fue menor al que vivió Perú, Colombia y Argentina, según el reporte. Asimismo, el precio del cobre fue favorable para la industria y se mantuvo estable durante el primer trimestre del 2021.
Pese a ello, las cifras revelan que la pretensión salarial de los ejecutivos chilenos para cambiar de empleo es 9% más, la mitad de lo que se pide en Perú.
El perfil demandado
El estudio refiere que los perfiles más demandados son aquellos llamados a liderar los nuevos proyectos mineros: directores de proyectos, gerentes de construcción, site managers y técnicos orientados desde la ingeniería y automatización de obras.
Y la industria peruana prioriza la experiencia del ejecutivo. Si bien en el sector minero no se percibe una rotación activa de talento, hoy se demandan perfiles con conocimientos en tecnología. “La pandemia generó que las mineras inviertan mucho en equipos que se manejan de manera remota. Todo ello requiere un know how que no necesariamente tienen todas las empresas”, dijo Canevaro.
Puestos para altos cargos en energía son reducidos
En el caso del sector energía la pretensión salarial de los altos ejecutivos para cambiar de empresa alcanza el 9%; en Chile el 20%. Esto responde a que en Perú hay una capacidad instalada muy grande, el doble de lo demandado. Así, el retorno sobre la inversión es bajo o a largo plazo. “Por ello no es tan atractivo apostar por infraestructura y eso hace que haya menos oportunidades laborales en el rubro”, explica Mauro Canevaro.
Además, los puestos para altos cargos son reducidos y los sueldos suelen ser más bajos.
El experto detalla que en energía el perfil más demandado es el de gerente de licitaciones, quien se encarga de abrir los negocios con el Estado o privados. “El encargado de comercial es la primera figura en este negocio, luego se despliega todo el equipo operativo”, anota.
Actualmente, Colombia y Perú son los países más atractivos en términos de licitaciones y sistemas regulatorios, pero no son tan grandes a nivel de ejecución como Brasil y Chile. “Confío en que se tomarán más acciones para incentivar esta actividad”, dice Canevaro tras anotar que controlada la pandemia, el retorno a las oficinas impactará de manera positiva al sector. Por ahora, se encuentra estable.
Expectativas ante el próximo cambio de Gobierno
Dependiendo del Gobierno que ingrese a partir de julio habrá desafíos para la minería peruana. Un modelo promercado ayudaría a impulsar el sector y, sobre todo, la economía, señala Mauro Canevaro.
La tendencia refiere que por cada millón de dólares invertido directamente en la minería, se activan otros tres en distintas áreas. Esto genera oferta y demanda de trabajo, dice.
Algunos profesionales estarán dispuestos a renunciar a sus pretensiones salariales para ingresar al mercado; por ejemplo, los que están hoy sin empleo. Pero quienes tienen una posición estratégica, aumentarán sus expectativas. Esto es natural cuando el mercado funciona, anota.
Refiere que en un eventual gobierno que no esté a favor del mercado se estancaría el sector. Si hay menos inversión, se distribuirán pocos recursos en toda la pirámide. Las utilidades bajarán y muchos talentos estarán dispuestos a reducir sus pretensiones salariales producto del desempleo, agrega.