Los inversores contarán esta semana con menos datos macroeconómicos para poder orientarse en medio de la crisis desatada por la expansión del coronavirus, ya que se celebra la Semana Santa, aunque estarán muy pendientes de la reunión telemática que tienen previsto mantener en los próximos días los socios de la OPEP y otros países productores de petróleo.
De hecho, la posibilidad de un acuerdo para reducir la producción de crudo ha dado aire a los mercados bursátiles en las últimas jornadas y ha compensado en parte el impacto negativo que los pésimos datos de empleo en Estados Unidos- y el desplome del sector servicios en Europa ha tenido en los inversores.
La próxima semana se conocerán los datos de producción industrial de dos grandes economías, Alemania y Reino Unido, pero correspondientes a febrero, antes de que se tomaran las medidas más duras de confinamiento.
Más interés tendrá, el jueves, la publicación de las actas de la última reunión del Banco Central Europeo (BCE), que arrojarán luz sobre cómo ve la evolución de la crisis.
En Estados Unidos, los inversores estarán atentos a las solicitudes semanales de subsidios de desempleo, que han sido muy elevadas en las dos últimas semanas, y se conocerán también las actas de la última reunión de la Reserva Federal.
Al margen de los datos económicos, los inversores prestarán atención a la evolución del número de contagiados por coronavirus en el mundo, en especial en Estados Unidos, que puede convertirse en el epicentro de la pandemia.
Según José Luis Herrera, analista independiente, “en el entorno en el que estamos viviendo, los datos macro dejan de tener tanto sentido como en un entorno de plena actividad y nos tendremos que seguir centrando en si el número de contagiados por coronavirus va a ir remitiendo”.
Stefan Scheurer, de Allianz Global Investors, considera que en las próximas semanas los mercados seguirán oscilando “entre la esperanza y el temor”, y que “la incertidumbre nos seguirá acompañando”.