En el 2020 solo el 23% de la pesca se destinó al consumo humano; y el consumo per cápita de pescado es de 25.5 kg. (Foto: GEC)
En el 2020 solo el 23% de la pesca se destinó al consumo humano; y el consumo per cápita de pescado es de 25.5 kg. (Foto: GEC)

El renacimiento del Ministerio de Pesquería en el país favorecería a esta actividad económica que a pesar de las trabas burocracias impuestas por los gobiernos de turno logró desarrollarse, especialmente en la pesca para consumo humano, señaló el exministro de la Producción, Alfonso Miranda.

Recordó que una proyección planteada en el año 2013 con metas para el año 2021 estimaba que el Perú sería el primer productor acuícola de la región gracias a la promoción del Estado y con exportaciones de ese rubro por US$ 4,600 millones; 52,000 pescadores con ingresos superiores a US$ 5,000; 50% de la pesca destinada al consumo humano; 30 kg per cápita al año de consumo de pescado; y US$5,000 millones de exportaciones pesqueras para consumo humano.

Sin embargo, los resultados en esos ocho años fueron los siguientes: Perú es el quinto productor acuícola en Sudamérica y la inseguridad jurídica limita a exportar apenas US$ 300 millones.

Los ingresos del 70% de los pescadores artesanales son menores de US$ 3,500; en el 2020 solo el 23% de la pesca se destinó al consumo humano; y el consumo per cápita de pescado es de 25.5 kg, es decir, solo aumentó 3 kg desde 2013 y se sostiene en 20% con pescados importados.

Añadió que las ventas al exterior de productos pesqueros para consumo humano llegaron solamente a US$ 1,282 millones en el 2020.

“La actividad para consumo humano fue hostilizada y se le restó competitividad, pero aun así, fue creciendo. La competencia desleal de productos pesqueros importados fue acentuada en las compras estatales y se derogaron las normas que promovían la adquisición de pescado de entidades públicas. Se bloqueó la posibilidad de una industria atunera desde la SUNAT y se erigieron muchos estorbos más”, precisó.

De igual manera, indicó que además del Ministerio propio; la pesca y la acuicultura necesitan Políticas de Estado permanentes, promoción en lugar de persecución, formalización oportuna y sin sobrecostos, estabilidad jurídica y defensa ante la agresión de competidores desleales de productores extranjeros de conservas y congelados. “En cinco años podríamos contribuir a la seguridad alimentaria, reducir la pobreza y reactivar la economía nacional”, dijo

Miranda Eyzaguirre afirmó que desde que se dejó de lado el Ministerio de Pesquería durante el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006), el Estado no ha podido enmendar rumbos en favor del desarrollo del sector y reiteradamente fracasaron en sus políticas.