Las treinta mayores instituciones financieras del mundo que cotizan en bolsa están socavando sus objetivos de balance neto cero al seguir financiando la expansión de los combustibles fósiles y presionando para debilitar la política financiera sostenible emergente, según un informe publicado por el grupo de reflexión sobre el clima InfluenceMap.
El análisis muestra que, a pesar de un aumento significativo de su apoyo público a la acción climática, el sector financiero es “reacio” a introducir políticas significativas de exclusión de los combustibles fósiles y, al menos, ha permitido US$ 740,000 millones de financiación para el sector de producción de combustibles fósiles en los últimos dos años.
Así, al menos US$ 697,000 millones se han destinado para la producción de petróleo y gas, que incluyen US$ 145,000 millones a cinco de las mayores empresas de petróleo y gas que cotizan en bolsa, ExxonMobil, Chevron, Shell, TotalEnergies y BP, y todas ellas tienen previsto continuar la exploración y el desarrollo.
Hasta US$ 42,000 millones han ido para la producción de carbón, de los cuales US$ 17,500 millones acumulados fueron aportados a la multinacional Glencore por 21 de las 27 instituciones con actividades bancarias.
“Importante” influencia económica y política
El analista principal de InfluenceMap y autor del informe, Eden Coates, ha asegurado que estas instituciones financieras mundiales tienen una importante influencia económica y política, y están retrasando una acción que es esencial para responder a la crisis climática.
Según Coates, hay una gran desconexión entre lo que dicen sobre el cambio climático y lo que realmente hacen, sobre todo cuando se trata de oponerse a los intentos de los políticos de alinear la regulación financiera con los objetivos climáticos.
“Si se toman en serio la consecución de sus objetivos de reducción a cero, deberían establecer objetivos concretos y procesables a corto plazo en todos los aspectos de sus operaciones”, ha apuntado Coates.
De las treinta instituciones financieras, el informe ha examinado sus préstamos corporativos, la suscripción de acciones y bonos y las actividades de gestión de activos en el 2020 y 2021, y cómo estas actividades se alinean con sus informes, políticas y compromisos climáticos.
También ha analizado su labor de presión en materia de política financiera sostenible y climática, tanto directa como indirectamente a través de las asociaciones del sector.
Las empresas analizadas han sido J.P. Morgan, Bank of America, Wells Fargo, Ping An Group, Citigroup, HSBC, BNP Paribas, Allianz, BlackRock, Mitsubishi UFJ Financial, Santander, AXA, Crédit Agricole, Sumitomo Mitsui Financial Group, Royal Bank of Canada, Goldman Sachs, TD Bank, Mizuho Financial Group, Morgan Stanley, UBS, Societe Generale, Deutsche Bank, Barclays, Itaú Unibanco, ING, Lloyds Banking Group, Commonwealth Bank of Australia, Scotiabank, Banco Bradesco y Credit Suisse.
Falta de acción
Todas ellas, excepto el grupo chino Ping An, han firmado la Alianza Financiera de Glasgow para el Cero Neto (GFANZ), que les compromete a fijar objetivos de descarbonización sustanciales para el 2030 y a lograr el cero neto para el 2050.
Esto está en consonancia con las orientaciones científicas del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que han declarado que una rápida eliminación de la exploración y producción de combustibles fósiles es esencial para limitar el calentamiento global.
Sin embargo, sólo 11 instituciones financieras han establecido objetivos climáticos concretos para el 2030 en múltiples sectores.
El informe revela que las 30 instituciones financieras siguen siendo miembros de asociaciones industriales que han presionado constantemente para debilitar las políticas clave de financiación sostenible en la Unión Europea, el Reino Unido y los Estados Unidos, que exigirían transparencia en torno a la financiación de actividades perjudiciales para el medio ambiente, incluidos los combustibles fósiles.
Sólo unos pocos, especialmente BNP Paribas, AXA y Allianz, se comprometen positivamente con las finanzas sostenibles.
El informe concluye que las instituciones financieras “siguen siendo reacias a introducir políticas significativas de exclusión de los combustibles fósiles”, y sus brazos bancarios y de gestión de activos “siguen siendo muy activos en la financiación del carbón, el petróleo y el gas”.