La integridad empresarial será uno de los ejes centrales de la edición número 56 del CADE. En el Perú, 70 de cada 100 empresarios son considerados corruptos. Al respecto, Oscar Caipo, senior managing partner de KPMG y Jorge Medina, ex CEO EY Perú, adelantaron a Gestión.pe algunos de las ideas que se desarrollarán este 28 de noviembre.

Uno de los temas de agenda de edición del CADE es la integridad. ¿Qué se busca con esta iniciativa?

OC: Uno de los aspectos más importantes del CADE es la agenda. Comenzamos con integridad desde el empresariado, también el tema de transformación, sobre todo, de las implicancias sociales y éticas que tiene. Creo que se han colocado los temas más importantes y necesarios para debatir.

JM: Me parece que es un foro importantísimo. La palabra clave es ejecución. Seguramente habrá mucha reflexión y tenemos que hacer seguimiento a esas ideas y asumir responsabilidades para, después de un tiempo, medir lo que se logró.

El 57% de peruanos considera que la corrupción es el principal problema del país. En ese sentido, ¿cuáles son las acciones del sector privado para combatir la corrupción? 

OC: Creo que los empresarios debemos ser activos con respecto al problema. No podemos quedarnos callados. En cuanto a la organización interna, tenemos que inculcar una cultura de valores. Mi recomendación es implementarla con convicción y no solo como un asunto de “compliance”.

JM: Tenemos que cambiar nuestra mirada en el tema de integridad empresarial. Los expertos señalan que el problema no es la corrupción, sino las débiles instituciones que tenemos. Por ello, tenemos que ir al origen y, en función de ello, los empresarios también tenemos que manifestarnos sobre las reformas que se deben hacer para arreglar lo que origina la corrupción. 

Según la última encuesta de Proética e Ipsos, el 58% de empresarios considera la burocracia es una de las razones por la que tienen que recurrir al pago de sobornos. ¿Qué medidas se pueden tomar desde el sector privado? ​

OC: Creo que todo comienza en la persona. Aquí en el Perú, el problema no es una falta de conciencia, sino que la gente encuentra una justificación para hacerlo. El fin no debe justificar los medios nunca. 

JM: Los empresarios tenemos que darnos cuenta de que nuestras acciones y omisiones tienen consecuencias. En el 2017, el caso Lava Jato implicó 1 punto menos en el PBI. Esto significa que 150 mil peruanos no salieron de la pobreza ese año. Se estima que el impacto de la corrupción está entre el 3% y 4% del PBI. Lava Jato y no es otra cosa que la relación perversa entre el poder político y el poder económico.

Ante este panorama, ¿Existen iniciativas o propuestas concretas por parte de los empresarios?
​OC:
Ha habido códigos de ética dentro de la CONFIEP y creemos que eso es positivo y muestra un avance, pero aún se necesita realizar más acciones. Por eso, en CADE se anunciará una asociación llamada “Empresarios por la Integridad”. Esta asociación propondrá una iniciativa muy concreta para luchar contra la corrupción desde el empresariado.

JM: Lo importante es que elevemos la valla para que las medidas que tomemos produzcan resultados que podamos medir. 7 de cada 10 peruanos consideran que los empresarios son corruptos y eso se debe, en gran medida, a que no hemos sabido deslindar. Es importante que el empresariado empiece a aplicar la sanción moral o social para lograr que al corrupto le de vergüenza de serlo.

Algunos consideran que las empresas no deberían financiar las campañas políticas, por una cuestión de integridad. ¿Comparten esa postura?
​OC:
Creo que debe haber transparencia, porque existe una necesidad de financiamiento. Hay que ser muy cuidadosos con los conflictos de intereses. Por ejemplo, cuando una empresa que va a contratar con el Estado financia a un candidato que tiene un potencial de ser elegido, entonces, claramente, hay un conflicto. Es muy importante que todo sea bancarizado, sino no debería darse.

JM: En mi opinión, el Estado debería financiar las campañas. Por supuesto, los individuos también podemos financiar con absoluta transparencia. Sin embargo, eso no existe actualmente. Hoy hay dinero ilícito que se dona y mucha gente prefiere estar en el anonimato. Si lográramos que el Estado se encargue de este gasto, el costo sería ínfimo comparado con los beneficios. Además, todo tiene que estar bancarizado. Se necesita de una reforma política importante

¿Consideran que el gobierno de Vizcarra no ha hecho lo suficiente?
OC:
En este momento no sabemos quién está metido en qué y hasta qué nivel. Coincido en que debe haber una la reforma tanto por el lado electoral y judicial. En este momento, la opinión pública está divida, pero tenemos que comenzar a cambiar las cosas.
JM: Los casos de corrupción van a seguir apareciendo si no se aplican las reformas. El presidente ha sintonizado con el clamor popular, pero más que en el gobierno, la pelota está en la cancha del Congreso. El mejor antídoto contra la corrupción es la transparencia. Hay que ejercer suficiente presión ciudadana para que hagan las reformas.

Ante este problema de corrupción en el país, ¿cuál es su autocrítica como empresarios?
OC:
El ver los resultados de esa encuesta en donde 7 de cada 10 peruanos son percibidos como corruptos muestra mucho. Nosotros tenemos que cambiar y ser vocales. “Empresarios por la integridad” busca una tolerancia cero con los actos de corrupción.

JM: Insisto en que los empresarios debemos ser más enfáticos en deslindar y hablar de cosas que subyacen a nuestro gremio. En la medida en que nosotros mejoremos la institucionalidad y las condiciones de gobernabilidad en el país, nuestros consumidores van a tener mayor capacidad de adquisición. Tenemos la capacidad suficiente para poder aportar en ese sentido. Hay que salir de nuestra zona de confort.