El Aeropuerto Internacional Jorge Chávez saltó a la palestra luego de que se oficializara lo que distintas voces del sector habían adelantado: se postergó a marzo la inauguración del nuevo terminal. Inicialmente se había intentado que el inicio de la operación de esta infraestructura se adelante a diciembre, luego se apostó por cumplir el plazo del contrato y se vislumbraba el 29 de enero, finalmente, se tendrán casi tres meses más de espera.
En este contexto, Gestión conversó con Peter Cerdá, vicepresidente regional en International Air Transport Association (IATA), sobre cómo se ve hacia afuera esta decisión. Para el ejecutivo, aunque no es una noticia positiva, es necesaria. “Es importante que ahora, que tenemos casi dos meses más, asegurarnos que lleguemos listos (a marzo). Hemos pedido al ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez Reyes, que él lidere personalmente la mesa de trabajo (que verá este tema)”, señaló.
Es más, Cerdá insistió que si no se llegara a marzo de este año, la señal que se daría hacia afuera sería terrible.
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“Sería una pésima señal por parte del Gobierno y del sector que no se pueda cumplir con inaugurar (en marzo) un terminal que ya llega 15 años tarde. El terminal actual era para 12 millones a 13 millones de pasajeros, pero hoy manejamos 24 millones. No es que estemos dos o tres meses demorados, sino ya son 15 años con la necesidad de tener una infraestructura que nos permita competir”, apuntó.
De hecho, resaltó el potencial de aeropuertos como el de Panamá, Bogotá y Santiago de Chile, en la región. Sin embargo, insistió que una vez que el Jorge Chávez cuente con el nuevo terminal y se amplíe la infraestructura necesaria, volverá al ruedo para competir como hub. Pero, además de cumplir la fecha, ¿qué más se necesita para entrar otra vez a la “competencia de aeropuertos”?
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Los ajustes
En un comunicado emitido el último 15, desde IATA y la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (AETAI) dieron algunos ítems pendientes de que se resuelvan: falta de pruebas operativas desarrolladas íntegramente y con un nivel de complejidad real, tanto en lado tierra como lado aire; falta de claridad sobre el cronograma de pruebas pendientes; y el check-list de operaciones que determinará la entrada en operación, entre otros.
Cerdá agregó unos puntos más. “Utilizar de una manera eficiente la nueva pista y torre de control; operar un puerto con dos pistas paralelas independientes; incrementar la capacidad en el aeropuerto para competir como un hub con (los aeropuertos) de Panamá y Bogotá; y –del lado del Estado– terminar las vías de acceso”, señaló.
El no tener el nuevo terminal, dice el ejecutivo, pone en espera la posibilidad de nuevos vuelos, nuevos destinos. “Con el nuevo terminal, se abría espacios para añadir nuevos vuelos a destinos que ya se operan hoy o buscar ampliar los destinos. Pero, esto se ha tenido que posponer”, resaltó.
Recordó que posponer la fecha de inauguración implica, también, que la preparación que habían tenido las aerolíneas para el traslado, como la contratación de mayor personal o modificación de itinerarios, se ha puesto en stand by.
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Editora de Economía y coordinadora de ESG del diario Gestión. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Con casi 10 años de experiencia profesional en el rubro.
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