El nivel de informalidad laboral llegaría al 72% en el 2019, cifra muy similar a la de los últimos cuatro años, revirtiéndose la tendencia a la baja que se registró en los últimos 10 años cuando se reducía a razón de un punto porcentual por año, informó el Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales de la Asociación de Exportadores (Adex).
El jefe de Desarrollo de Políticas del CIEN-ADEX, Carlos Adriano Pérez, señaló que en el 2007 llegaba al 80%, pasando a 72% en el 2016, 73% en el 2017, 72% en el 2018 y 72% para el 2019 (estimado).
“Este nulo avance en la formalización estaría muy ligado al bajo crecimiento económico. El BCR estimó que el PBI solo crecerá 2.3% para el 2019 y el INEI reportó que a noviembre llegó a 2.1%. Esto repercute negativamente en la generación de nuevos puestos de trabajo debido a que los niveles de desempleo se reducen solo si el PBI crece más de 4% anual”, comentó.
De los casi 17 millones de personas que laboran (PEA ocupada), más de 12 millones trabajan informalmente, siendo los sectores más propensos el agropecuario, en donde el nivel llega a 96.5%; la pesca (86.3%); transporte y comunicaciones (80.9%); construcción (77%) y comercio (73.1%).
“El agro y el comercio tradicional o de subsistencia son informales por muchos factores, entre ellos, que son actividades muy básicas (equipamiento rudimentario) y dispersas, es decir, que aparecen en todo los rincones del país, por lo que las entidades competentes no tienen la capacidad de regular a todos”, refirió.
-Cómo solucionar la informalidad laboral-
Para Adriano Pérez, los elevados costos tributarios y laborales, los encarecidos procesos de inscripción, la débil capacidad de supervisión por parte del Estado, o la falta de concientización y capacitación sobre los beneficios de la formalización son algunas de las causas de esta problemática.
“Esta prevalece cuando formalizarse es más caro que los servicios ofrecidos por el Estado. Por ello se debería reducir las cargas tributarias, eliminar los sobrecostos laborales y barreras burocráticas, y de la mano con la implementación de mejoras tecnológicas, reformas educativas y capacitaciones continúas, así como fomentar políticas de desarrollo sectoriales”, explicó.
Si se mantiene esta tendencia –continuó el especialista- los trabajadores seguirán con menores salarios y pérdida de beneficios sociales como gratificaciones, CTS, vacaciones, seguro de salud, entre otros.
Además, el desarrollo de una empresa se verá afectado por la falta de acceso al sistema financiero, reduciendo su capacidad de expandir su mercado.
Agregó que todos estos aspectos negativos ocasionan una menor productividad, generando a su vez una pérdida de competitividad y un menor crecimiento económico del país, por lo que urgen mayores facilidades para la formalización de trabajadores, que les permita percibir una mejor remuneración y mejores beneficios sociales.
“Esto debe ir de la mano con una avance en infraestructura, reformas educativas y capacitaciones continuas. Con ello, la productividad laboral promedio se incrementaría, aumentando el consumo privado, mejorando las condiciones de vida y disminuyéndose los niveles de pobreza”, concluyó.