El COVID-19 trajo consigo un desafío adicional a la necesidad de camas para la atención de casos graves. Trajo la urgencia de conectividad a nivel nacional para que todos los niños y adolescentes puedan acceder a clases de forma remota. De acuerdo al Osiptel -según su último reporte Erestel 2019- el acceso de internet en los hogares rurales se multiplicó más de 20 veces en los últimos siete años años, al pasar de 2% de hogares rurales conectados a 41.5% el 2019.
Pese a ello, el último reporte de Comex da cuenta que varios departamentos (sin contar Lima) rezagados en la cobertura de internet fijo.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), en 21 departamentos, menos del 50% de los hogares cuentan con internet.
Si nos enfocamos en instituciones públicas, vemos que en nueve departamentos la cobertura de los colegios es menor a la mitad, según el Ministerio de Educación (Minedu), mientras que en 19 no todas las municipalidades están cubiertas, según el Registro Nacional de Municipalidades (Renamu).
Si vamos a casos concretos, sobresalen los bajos niveles en la selva, especialmente en Amazonas, Loreto y Ucayali, con porcentajes menores al 30% en hogares y colegios, y los dos primeros sin el 100% de municipalidades cubiertas.
Del mismo modo, resaltan algunos departamentos de la sierra, como Ayacucho, Cajamarca, Cusco y Huancavelica, con menos del 20% de hogares con acceso a internet; y este último, más Apurímac, con menos del 80% de municipalidades cubiertas.
Por otro lado, con datos de Osiptel, se aproximó la calidad de internet en los departamentos al calcular la proporción de conexiones a internet fijo con una velocidad mayor o igual a 16 megabits por segundo (mbps). Podemos considerar este umbral como uno de velocidad “mínimamente aceptable”.
Ante ello se observa que en 13 departamentos, más de la mitad de las conexiones están por debajo del umbral aceptado, mientras que en 22 la proporción de municipalidades con internet conectadas a fibra óptica es menor al 50%.
Nuevamente, resaltan los casos en la selva, como Loreto, con solo un 15.5% de conexiones con velocidad mayor al umbral y un 7.7% de las municipalidades con fibra óptica; así como Ucayali y Amazonas, con un 11.8% y 19.7%, cada uno, en el segundo indicador.
En la sierra, Huancavelica y Pasco sobresalen por sus bajos porcentajes de velocidad (12% y 17.9%, respectivamente), mientras que el primero de los dos, junto con Ayacucho, Apurímac y Cajamarca, presenta un porcentaje menor al 20% en el indicador de municipalidades.
En la costa, Tacna y Lambayeque cuentan con los peores resultados en el indicador de velocidad y municipalidades, respectivamente, seguidos por Tumbes en ambos casos.
Es evidente que las falencias importantes en el acceso y la calidad de la banda ancha fuera de la capital se concentran en la sierra y, sobre todo, en la selva. También resaltan los casos de Huancavelica y Loreto, los departamentos que más hemos mencionado con valores bajos en los indicadores.
Todo ello no es sorprendente si se consideran las limitaciones geográficas que hacen más costoso ejecutar proyectos de telecomunicaciones en zonas más rurales (muestra de ello es la poca presencia de nodos de la RDNFO en los departamentos de la selva). De hecho, es por este motivo que existen los Proyectos Regionales de Banda Ancha, una iniciativa del Estado para masificar el uso de internet, en especial en los territorios rurales y más aislados. En un próximo artículo trataremos estos proyectos, qué involucran y cómo se encuentra su ejecución, para así complementar nuestro análisis del desarrollo de la banda ancha en el Perú.