Evaristo Pose afirma que ha perdido 86,000 euros (US$ 104,000) debido a la pandemia de COVID-19, lo que lo ha obligado a echar mano de sus ahorros para mantener a flote su céntrico restaurante madrileño “Domínguez”.
El local, cuya clientela son principalmente trabajadores de la zona, sufrió un descenso del 80% en sus ingresos el año pasado. Como muchos otros hosteleros españoles, Pose, de 46 años, quiere una ayuda estatal que le compense por las restricciones que le han obligado a permanecer cerrado o a operar con una capacidad reducida.
Mientras el Gobierno dice que está preparando nuevas medidas para reforzar la solvencia de las empresas, Pose no está seguro de cuánto tiempo más podrá mantener su negocio a flote después de haber enviado a siete de sus 12 trabajadores a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
El sector de la hostelería español se queja de que, mientras otros países han ayudado a las pequeñas empresas con medidas como una rebaja del IVA para el sector, como ha hecho Alemania, o una reducción de la contribución a la Seguridad Social, como ha hecho Francia, en España se han concedido sobre todo préstamos avalados por el Estado.
“No he querido tomarlos porque al final supone asumir más deudas”, dijo Pose.
Su restaurante, que servía 180 comidas al día antes de la pandemia, ahora sólo sirve 30, ya que la mayoría de los clientes trabajan desde casa o tienen miedo de comer fuera.
Alrededor de 300,000 restaurantes y bares, establecimientos de gran arraigo en la cultura del país, se han visto afectados por las restricciones y un tercio de ellos podría quebrar en el primer trimestre del 2021, lo que supondría la pérdida de hasta 1.1 millones de empleos directos e indirectos, según la patronal del sector Hostelería de España.
La economía española, en la que el turismo tiene un gran peso, se contrajo un 11% el año pasado, lo que elevó el desempleo al 15.5%.
Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España, afirmó que la situación del sector es crítica y reclamó 8,500 millones de euros en subvenciones con carácter urgente para ayudar a cubrir los costes fijos, como el alquiler o los impuestos.
Parte de las ayudas que prepara el Gobierno español podría proceder del programa europeo de Ayuda a la Recuperación para la Cohesión y los Territorios de Europa (REACT-UE, por sus siglas en inglés), dijo Gallego. España ya ha empezado a distribuir estas ayudas entre sus regiones.
Pero Gallego añadió que se necesitarán más medidas para alentar el consumo una vez se haya vacunado un número suficiente de personas. Eso podría incluir “bonos para poner en el bolsillo de las familias españolas, dinero para su consumo, para salir a pasar un fin de semana fuera, para comer con su familia o sus amigos a un restaurante”.
Demanda de indemnizaciones
Begoña Fraire, propietaria y cocinera de “Étimo”, en el lujoso barrio de Salamanca de Madrid, ha puesto en marcha una plataforma llamada lahosteleriadetodos.org, en la que cientos de propietarios de bares y restaurantes se han unido para presentar demandas contra el Gobierno.
“Este año vamos a ser todos un poco más pobres, pero si conseguimos salvar el negocio, si conseguimos sobrevivir, si conseguimos que el Gobierno nos ayude con algo, creo que va a hacer mucho porque ese paro se reduzca, que el turismo vuelva”, dijo Fraire, que registró unas pérdidas de más de 100,000 euros el año pasado.
Asesorados por el estudio de abogados español Cremades & Calvo-Sotelo, los hosteleros buscan una compensación por valor del 65% de sus ingresos medios anuales en los tres años anteriores al 2020, cuando dicen haber sufrido pérdidas de 67,000 millones de euros, según los documentos de la demanda presentada el jueves.
La ministra de Industria, Reyes Maroto, dijo en Sevilla que respetaba todas las iniciativas del sector de la hostelería, añadiendo que este había sido uno de los principales receptores de ayudas y que el Gobierno estaba trabajando ahora en otras medidas de solvencia que espera anunciar para marzo.
Pero algunos propietarios de restaurantes dicen que temen que sus negocios no sobrevivan.
Juan José López, propietario de 62 años del restaurante “La Tasquita de Enfrente” y uno de los firmantes de la demanda, dijo que las medidas para frenar la pandemia pueden haber sido eficaces, pero “desproporcionadas para la mayoría de propietarios porque nos han llevado prácticamente a una quiebra técnica.”