El gobierno peruano descartó levantar el estado de emergencia en la zona de influencia de la mina de cobre Las Bambas antes de una planeada reunión con las comunidades en protesta, decisión que podría frustrar un diálogo en busca de superar el conflicto, según un documento enviado el jueves a los dirigentes comunales.
El conflicto en Las Bambas, una de las minas de cobre más grandes del mundo y gran contribuyente a las arcas del país, ha avivado la incertidumbre sobre el sector minero de Perú, que es el segundo mayor productor mundial del metal.
Las comunidades de Fuerabamba y Huancuire, que ocupan parte de la mina controlada por la china MMG Ltd, han dicho que solo aceptarán dialogar el sábado si se deroga la emergencia impuesta desde el 27 de abril, medida que ha suspendido las libertades civiles como la reunión y la protesta.
Residentes de esas comunidades indígenas irrumpieron en Las Bambas el 14 de abril y acamparon en su interior, alegando que la mina no ha cumplido plenamente los compromisos que adquirió con ellos para operar el yacimiento, lo que obligó a la empresa a suspender sus operaciones una semana después.
En un oficio firmado por el presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, y dirigido a los líderes de Fuerabamba y Huancuire, el gobierno dijo que antes de tomar una decisión el Ministerio de Interior (Mininter) debe verificar que la situación en la zona ha cambiado.
El sábado “la comisión del Poder Ejecutivo informará en el espacio de diálogo sobre la verificación realizada y podría recomendar a la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) evaluar la pertinencia de la derogatoria de la Declaración del Estado de Emergencia”, dijo el documento visto por Reuters.
Alexander Raúl Anglas Quiroz, asesor de Huancuire, dijo por teléfono a Reuters que las comunidades esperarán hasta la última hora del viernes a que se levante el estado de emergencia. “Si esto no ocurre no vamos a asistir a la mesa de diálogo el sábado”, afirmó, consultado sobre el oficio enviado por el gobierno.
Las Bambas, que suministra el 2% de la oferta mundial de cobre, es clave para la economía peruana, ya que representa al menos el 1% del Producto Bruto Interno (PBI) del país.