El Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha entregado financiación de emergencia a 72 de los países más pobres para ayudarles a lidiar con la pandemia del coronavirus, debe mejorar sus instrumentos de préstamo para las naciones de bajos ingresos, dijo su directora gerente Kristalina Georgieva.
Georgieva dijo en una teleconferencia sobre deuda que los mercados emergentes con fuertes bases emitieron US$ 124,000 millones en bonos en los seis primeros meses del 2020, pero otros con fundamentos más pobres no tienen acceso asequible a los mercados de capital.
Ella agregó que el FMI está trabajando junto a sus miembros con economías avanzadas para pasar parte de sus Derechos Especiales de Giro (DEG) a los países de bajos ingresos que han sido duramente golpeados por la pandemia y sus repercusiones económicas.
Georgieva inicialmente instó a los 189 miembros del FMI a considerar emitir nuevos DEG, algo similar a la impresión de dinero de bancos centrales, una medida apoyada por el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, y otros líderes mundiales.
Estados Unidos y otros países, sin embargo, han instado al FMI a que se concentre primero en utilizar su actual poder de préstamo de US$ 1 billón, antes de tomar tales medidas.
Desde entonces, las autoridades del FMI han estado trabajando para crear un sistema para que los miembros más ricos transfieran o presten parte de sus DEG a países más pobres. No se han divulgado detalles.
Los DEG pueden ser cambiados por monedas de uso libre de los países miembros del FMI y su valor se basa en una cesta de cinco divisas, que incluye al dólar estadounidense.
Los créditos del FMI buscan ayudar a que los países pobres aborden problemas de la balanza de pagos, estabilicen sus economías y regresen al crecimiento. Pero el fondo no está considerado como un banco de desarrollo y no ayuda a financiar proyectos.