Las intensas lluvias e inundaciones en el norte del país, antes por el ciclón Yaku y ahora por la formación encaminada de un fenómeno del Niño costero, golpean a sectores claves de la economía de Piura, como la agricultura, turismo y transporte.
En medio del impacto climático, Piura -que aporta con alrededor del 4% a la economía peruana (PBI)-, enfrentó un paro, que fue breve, en medio de exigencias de recursos para atender la emergencia en la zona.
Las pérdidas económicas de la región por estos fenómenos naturales ascendían a US$ 400 millones hasta el 10 de abril, según la Cámara de Comercio y Producción de Piura (Camcopiura).
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“No hemos calculado [cifras más actualizadas] porque todos los días hay impactos”, asegura su presidente, Javier Bereche. Con las reincidentes lluvias, estos números podrían quedarse cortos.
Cosechar en la lluvia
La agricultura piurana ya registra 1,502 hectáreas de cultivo afectadas por las fuertes lluvias en la región, de acuerdo con las cifras que Camcopiura compartió con este diario. Aunque el impacto es diferente, según el tipo de participación en la cadena de valor.
El Mercado El Sol, ubicado en el distrito de Castilla, que se abastece de 150 pequeños productores directos, ha tenido que frenar su digitalización por los daños en sus áreas de producción. Hace dos meses lanzaron la versión online del mercado para llegar de una forma distinta a su público.
“A raíz de las lluvias lo hemos tenido que paralizar. Su objetivo es promocionar los productos con la propia marca del productor, para que puedan obtener mejores precios que si utilizaran un intermediario porque llegar al anaquel de un supermercado es casi imposible”, dice José Sarduon, gerente general del establecimiento.
Los productores del Mercado El Sol tienen 230 hectáreas perjudicadas en promedio. “La zona bananera está inundada porque se salió el río Piura por el sector de Curumuy. Lo han perdido todo. En Huancabamba, donde se produce papa y hortalizas, el producto se ha malogrado porque no había acceso a carreteras”, explica Sarduon.
El mango, uno de los productos líderes de la agricultura piurana, merece una mención aparte. Su época alta es de noviembre a marzo, por lo que el impacto de las lluvias no ha sido tan fuerte, pero frenó una campaña que ya era destacable.
“Hasta la semana pasada, la cifra acumulada de exportaciones de mango fresco era histórica: 247.1 mil toneladas. Hubo La Niña, frío y periodo seco. Todo eso impulsó una buena floración que se tradujo en una excelente producción”, afirma Juan Carlos Rivera, gerente general de la Asociación Peruana de Exportadores de Mango (Apem).
Sin embargo, sí se registraron problemas en el traslado de productos en las últimas semanas, lo que frenó el cierre de la campaña 2022-2023. “El récord pudo ser mayor, estimo unas 500 toneladas más, si no pasaban las lluvias”, considera Rivera.
En el caso de NatuPerú, empresa que se dedica a la producción de semillas de hortalizas para exportación, sus pedidos están retrasados. “No hemos tenido pérdida de cultivos, pero sí retrasos en la producción. Normalmente comenzamos a sembrar a mediados de marzo. Lamentablemente nuestros acuerdos comerciales ya están cerrados por lo que los precios son fijos. Vamos a caer en un 20%”, manifiesta Juan Ardiles, gerente zonal en Piura de la compañía.
Las lluvias han incrementado sus costos. “Por la alta humedad aparecen nuevas plagas en el suelo. Hemos aumentado un 40% nuestros costos en pesticidas en comparación a un año estándar. También en maquinaría, no solo agrícola, sino pesada porque debemos refaccionar y arreglar caminos”, agrega Ardiles.
Semana inundada
El turismo es otro de los frentes que hoy sufre en Piura. “La expectativa que se tenía sobre el fin de semana largo de Semana Santa se ha visto devastada. Hemos conversado con quienes son parte de la cadena de valor turístico como hoteles y servicios de guía, y nos dicen que todo se fue por suelos. Literalmente usan ese término”, asegura Carlos Loayza, gerente general de la Cámara Nacional de Turismo del Perú (Canatur).
La principal zona afectada es todo el circuito de playas del norte, que va desde Negritos hasta Zorritos en Tumbes. “La parte más afectada fue Máncora por los vídeos que pasaron de las quebradas activadas con volúmenes gigantescos. La carretera no se cerró, pero cuando bajan las quebradas el mar se ensucia. La gente va para estar en la arena y eso les afecta”, explica Juan Stoessel, fundador de la cadena hotelera Casa Andina.
Según Stoessel, normalmente los hoteles piuranos en Semana Santa bordean el 100% de ocupación. Sin embargo, por las lluvias, calcula que esta vez solo llenaron la mitad. Aunque, según Loayza, no ocurrió lo mismo con los más pequeños.
“Los emprendimientos no recibieron cancelaciones, sino postergaciones hacia el otro fin de semana largo: Fiestas Patrias. Es una doble pérdida porque dejan de vender en Semana Santa y también lo harán en julio porque deben cumplir su compromiso”, explica el gerente general de Canatur.
La infraestructura hotelera tampoco se salvó. “No en construcciones grandes, pero sí en equipamiento, como sistemas eléctricos. Los cortes intempestivos de energía generan perjuicios o detenimiento de actividades como en la cadena de frío para restaurantes”, agrega Loayza.
Ruedas mojadas
Actualmente, gracias a las lluvias, hay más de 2 mil camiones inmovilizados entre Piura, Paita y Sechura, según informó Javier Marchese, presidente de la Unión Nacional de Transportistas de Carga Pesada (UNT), a Gestión.
“Estamos botados en varios sitios. No hay forma de salir en condiciones normales. Normalmente por Paita salen frutas como mango, plátano y papaya. Todo eso se está perdiendo”, dice Marchese que también asegura que los vehículos de carga pesada están perdiendo S/ 2 millones diarios.
De acuerdo con cifras de Camcopiura, son casi 500 km de caminos –entre carreteras, trochas carrozables y caminos rurales– impactadas por las lluvias, además de 57 puentes.
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“Con ello se estima una caída del 10 puntos porcentuales en el sector; además, de una restricción para el normal flujo de otras actividades económicas como telecomunicaciones (-2%), comercio (-2.3%), construcción (-10%), turismo, minería e hidrocarburos (-5%)”, concluye el reporte de daños que el gremio compartió con Gestión.
Los cambios que propone el privado
Mientras esperan la acción del gobierno para manejar la crisis, desde los sectores afectados proponen algunas alternativas para que El Niño no siga siendo catastrófico en los próximos años.
Para el transporte se necesita que estructuras como los puentes estén elevados para que la posibilidad de derrumbe se reduzca. “Deben ser flotantes. Ya se sabe por donde baja el río e interrumpe las carreteras. Las soluciones de hoy, badenes y túneles, no han contenido el agua”, considera Bereche de la Camcopiura.
“Hacen falta megaproyectos como represas que contengan los ríos y quebradas. Hoy solo queda sacar el agua y drenar para evitar que los cultivos se pierdan”, agrega Bereche sobre el agro.
En el caso del turismo, Canatur propone impulsar zonas del país por temporadas. “De cara al futuro hay que diversificar la oferta. Podríamos intercambiar zonas para que la actividad turística en conjunto cuando tengamos condiciones climatológicas adversas. Hay que aprender a convivir con ello”, asegura Loayza.
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