El año pasado la mayoría de países productores de alcachofa enfrentaron caídas en sus cosechas debido a problemas climáticos. El Perú solo logró exportar 47,817 toneladas de alcachofa, 18% menos de lo que despachó en el 2022 y para este año el arranque está siendo tímido, según Fresh Fruit.
Aunque con la caída de la producción, en el 2023, se esperaba un alza en los precios, los mejores resultados en Egipto y Turquía generaron que el aumento de la cotización no fuera suficiente para compensar el menor volumen exportado.
En promedio, el precio de la alcachofa peruana fue de US$ 2.8 por kilogramo, solo 4% por encima del año anterior. En total, el valor total de lo exportado alcanzó los US$ 138 millones, 15% por debajo que lo observado en el 2022.
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A pesar del lento avance para el 2024, Fresh Fruit indica que existen expectativas positivas debido a la regularización del clima y a la temporada de frío que se está viviendo. La proyección indica que el volumen exportado crecerá en 22%, mientras que el valor aumentaría cerca de 18%, teniendo en cuenta que con la estabilización en el volumen, el precio caería un poco.
Pese a las mejores condiciones climáticas, la demanda no sería igual a la de otros años. Estados Unidos, el principal destino de las alcachofas peruanas, tuvo problemas en su producción interna que generó una mayor dependencia de las importaciones y un ajuste al alza del precio, pero este año se espera que esto se estabilice y la cotización regrese a la del 2022.
En el caso del mercado europeo, la proyección para este año apunta a que la demanda crecerá 3%, con lo cual se complicará la competencia para posicionar la nueva producción peruana debido a que el año pasado la mayoría de espacios fueron ocupados por la producción egipcia y turca.
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