Los demócratas controlarán el Senado de Estados Unidos al conseguir los dos escaños en disputa en las elecciones de inicios de mes en el estado de Georgia. De esta manera se dibuja un tablero político dividido: 50 senadores republicanos y 50 senadores demócratas. Sin embargo, la vicepresidenta electa Kamala Harris —que también ocupará el cargo de presidenta del Senado—, tiene la llave del desempate en el Legislativo.
Esto ha tenido un impacto positivo en los mercados financieros, que continuaron con su tendencia alcista a pesar de las manifestaciones que se dieron durante la semana en el Capitolio. ¿Qué significa esta nueva victoria demócrata para el gobierno de Joe Biden?
Después de cuatro años de gobierno republicano, Estados Unidos entra a un dominio demócrata en todas las instancias de gobierno. “En el corto plazo, esperamos que se apruebe un nuevo paquete de estímulo fiscal de alrededor de US$ 750.000 millones. Esto incluiría $300.000 millones para pagos de cheques adicionales a las familias, US$ 200.000 millones para ayuda a los gobiernos subnacionales, US$ 150.000 millones para extender los beneficios por desempleo y US$ 100.000 millones en otros gastos. Este proyecto se aprobaría entre febrero y marzo, y se espera que los desembolsos se realicen rápidamente después de su votación. De esta manera, este nuevo paquete fiscal se suma al aprobado en diciembre por US$ 900.00 millones, que incluía cheques de US$ 600 a las familias, beneficios por desempleo y apoyo a los pequeños negocios”, apunta Luis Eduardo Falen, head de Macroeconomía de Inteligo SAB.
Si bien esto tiene un impacto positivo en el corto plazo, Falen señala que el plan de gobierno demócrata busca revertir los recortes de impuestos realizados por el actual presidente Donald Trump, llevar adelante un agresivo plan de inversión en infraestructura y energía limpia, un incremento del salario mínimo (de US$ 7,25 hasta U$ 15 en el 2026) y un aumento de la presión regulatoria.
¿Qué implicancias tendrá este nuevo escenario en los mercados financieros? “En el corto plazo, los mercados se muestran optimistas ante las noticias de nuevos estímulos sobre la mesa que reforzarán la recuperación cíclica de la economía. Sin embargo, siguiendo el plan de gobierno demócrata, la política impositiva de Joe Biden no serían buenas noticias. Si bien sus programas de infraestructura y energía limpia impulsarían la demanda interna, favoreciendo a los sectores relacionados, hay un riesgo desde el punto de vista fiscal, toda vez que tiene un plan de gasto de 2,5% anual del PBI, lo que —sumado al aseguramiento universal—, podrían comprometer la estabilidad fiscal dañando sus perspectivas y debilitando al dólar”, explica el economista.
En este contexto, Falen argumenta que, si bien las perspectivas para el 2021 se presenta positivas —respaldadas por el control progresivo del Covid-19 y el nuevo estímulo fiscal—, podrían surgir fuentes de incertidumbre en el transcurso del gobierno de Joe Biden. “La mayoría en el Senado es mínima y las grandes reformas requieren más que una mayoría simple. Un escenario pesimista no se puede descartar frente a una crisis sanitaria sin precedentes”, insiste el head de Macroeconomía de Inteligo SAB.