El comercio electrónico y el servicio delivery son de los pocos beneficiados con el retorno a la cuarentena. Desde el 31 enero, representarán para las familias de Lima y de otras ocho regiones las únicas vías para comprar, además de productos de primera necesidad, los que no lo son. Pero no en todos los distritos tendrían acceso a las mismas opciones.
Rolando Arellano, gerente general de Arellano Consultoría, señala que a raíz de la pandemia el delivery se ha divido en dos tipos. El primero es el formal y de empresas grandes, conformado por servicios como Glovo, Rappi o los de importantes cadenas de supermercados.
Por otro lado se encuentra el servicio delivery más pequeño, que a menudo es informal. Como ejemplos de este último están las bodegas de barrio que entregan los pedidos a domicilio, las pequeñas farmacias o los restaurantes, que se dirigen al público local.
Tal como ocurre con los taxis por aplicativo, en los distritos más alejados del centro de la ciudad, y que son de escasos recursos, “va a haber problemas para acceder a delivery formal o de empresas grandes”, dijo Arellano a gestion.pe.
A los grandes almacenes no les va a convenir hacer entregas en lugares tan alejados, si la compra no es lo suficientemente grande. Si se trata de una refrigeradora o una lavadora, sí sería viable, pero la situación cambia si se adquiere un artículo menor. Por lo tanto, para los consumidores de estas zonas en muchos casos sus opciones de compra estarán limitadas a sus propias localidades.
“La cuarentena no solo ayuda al e-commerce, sino también al comercio de cercanía, como las bodegas”, aseguró.
Una opinión similar manifiesta José Oropeza, socio director de Impronta Research, quien enfatiza que a lo largo de la pandemia se han desarrollado emprendimientos locales para cubrir la demanda de delivery. Ellos ganarían mayor protagonismo durante la cuarentena.
Nuevo impulso al e-commerce
Por su parte, Helmut Cáceda, presidente de la Cámara Peruana de Comercio Electrónico (Capece), recordó que la cuarentena decretada en marzo del año pasado fue una gran oportunidad para las ventas online, que en esta ocasión cobrarían un nuevo impulso.
Desde su punto de vista, las empresas más grandes ya están más preparadas para evitar los errores cometidos inicialmente, pues han aprendido de la experiencia. Sin embargo, considera que las microempresas pueden tener dificultades para atender la nueva demanda.
Hasta qué punto los negocios puedan aprovechar esta oportunidad dependerá en gran medida de las restricciones que el Gobierno imponga. En este sentido, señaló que aún no se ha definido si se podrá hacer envíos a provincias o no. También dependerá de qué tan rápido el negocio pueda adaptar su capacidad logística a la mayor demanda.
“No hay que olvidar que el comercio electrónico es básicamente un negocio de logística. Entonces, lo importante es confiar en las empresas logísticas de última milla, apoyarse en ellas. El mayor reto es para las microempresas, que aún no han ganado mucha experiencia en esto”, manifestó Cáceda.
Asimismo, Oropeza sostuvo que desde el anuncio del mandatario ya ha empezado a incrementarse la demanda en los supermercados y nuevamente esta virará hacia una compra de abastecimiento. “Las góndolas de los supermercados están preparadas para el consumo semanal, pero ahora las familias van a comprar para periodos más largos. Los supermercados van a tener que adaptarse a este cambio”, anotó.