Han pasado cuatro años desde que en marzo del 2017 el Ministerio de Energía y Minas (Minem) solicitó a ProInversión la incorporación del proyecto Sistema Integrado de Transporte de Gas Zona Sur (SIT Gas) al proceso de promoción de la inversión privada bajo la modalidad de APP autofinanciada.
El SIT Gas es el nombre con el que se rebautizó al Gasoducto Sur Peruano (GSP) -cuyo consorcio estuvo liderado por Odebrecht-, tras haber caducado su concesión en enero del 2017 por no cumplir con el cierre financiero del proyecto.
Sin embargo, hasta la fecha no ha se ha licitado. El proceso se encuentra detenido ya que el Gobierno actual habría decidido concentrarse en atender las urgencias en torno a las crisis sanitaria y económica, dejando este proyecto para la nueva administración que asumirá el 28 de julio.
La situación en que encontrará el nuevo Gobierno el proyecto de inversión es crucial para que se tomen decisiones si se continúa. La información preliminar que se tiene hasta el momento proviene del estudio de preinversión que realizó la consultora Mott MacDonald del proyecto SITGas, a fin de relanzarlo.
La conclusiones y recomendaciones del estudio fueron entregados al Minem el año pasado -que fue el entregable 4-. Los resultados fueron dados a conocer extraoficialmente en setiembre del 2020 por el entonces viceministro de Hidrocarburos, Víctor Murillo, en una conferencia que brindó en un instituto.
Dichas conclusiones todavía deberán ser verificadas en un estudio final.
Cronograma y factibilidad
De acuerdo con el Cronograma Optimizado de Actividades presentado en la conferencia por Murillo, ya concluyeron los estudios de preinversión Etapa I. Y la licitación, así como la buena pro del proyecto, están planteadas para llevarse a cabo entre julio del 2022 y primeros días de junio del 2023. Mientras que la puesta en operación del gasoducto sería recién a fines del 2025 o inicios del 2026.
Si no hay modificaciones a dicho cronograma, antes de la promoción y adjudicación, el nuevo Gobierno tendrá que aprobar la viabilidad del proyecto con los estudios definitivos que verifiquen los resultados del estudio de preinverisón.
Uno de los resultados del último informe, según dio cuenta Víctor Murillo, es que tras evaluar las mejores alternativas para la ruta del SIT Gas, se eligió la que se conoce como “gasoducto interno” (ver gráfico, trazo en rojo) que demanda una inversión de cerca de US$ 4,500 millones (y que coincide con el trazo del proyecto del GSP, pero adiciona los ramales regionales).
Dicho monto es menor al de las alternativas que también evaluó el estudio: un gasoducto costero y el transporte del gas, una vez licuefactado, desde Melchorita al sur por barcos.
Otro resultado del estudio es que el SIT Gas se lanzará como un proyecto nuevo. Esto es importante porque busca aislar al SIT Gas de los problemas que rodean al antiguo GSP, entre ellos las demandas al Estado peruano por los activos (tubos) que tiene en custodia del antiguo consorcio liderado por Odebrecht.
También hubo conclusiones sobre las reservas y demanda de GN, tema determinante para la realización del proyecto (ver recuadro) y sobre cuya cuantificación existen discrepancias entre los expertos.
Oferta y demanda. Según el estudio de preinversión de Mott MacDonald, las reservas de gas natural son suficientes para atender la demanda actual y quedan 5.37 TCF para el SIT Gas, que requerirá 470 millones de pies cúbicos diarios. Es decir, 4.85 TCF por 30 años. Sin embargo, las reservas de la fuente más importante son las del lote 58 y no están certificadas, ni se conoce que el concesionario haya aceptado participar del proyecto.