Volvo Car AB cuenta con triplicar las ventas de modelos híbridos enchufables este año para evitar pagar lo que podría suponer cientos de millones de euros en multas europeas por la venta de sus SUV de motor de combustión más contaminantes pero muy populares.
Una quinta parte de todos los Volvo nuevos vendidos en el 2020 deberían ser enchufables o totalmente eléctricos, en comparación con solo 6.5% del total del año pasado, según el director ejecutivo, Hakan Samuelsson. Eso aumentaría las ventas híbridas a más de 150,000 en función del ritmo de crecimiento en el 2019. La compañía planea comenzar los envíos de su primer modelo totalmente eléctrico, el XC40 Recharge, a finales de este año.
Hay mucho en juego para la estrategia eléctrica de Volvo porque los SUV convencionales representaron más de la mitad de las ventas el año pasado y son en gran medida responsables del éxito del fabricante de automóviles desde que la empresa china Zhejiang Geely Holding Group Co. lo adquirió hace una década. A medida que entran en vigor las estrictas normas de emisiones de Europa, la compañía podría pagar un alto precio. PA Consulting Group estima las posibles multas de Volvo para este año en una cuarta parte de la ganancia operativa anual.
“Pagar multas es algo que no debería estar en la ecuación”, dijo Samuelsson en una entrevista en la sede de la compañía en Gotemburgo, Suecia. “No forma parte de nuestros planes”. Queremos invertir en el desarrollo de productos, no en multas para Bruselas”.
El director ejecutivo señaló el objetivo de Volvo de que la mitad de todos los automóviles vendidos en el 2025 sean totalmente eléctricos y el resto híbridos enchufables. Relanzará su rango de baterías con el nombre de “Recarga”, y aunque el volumen del XC40 eléctrico será modesto este año, Volvo tiene la capacidad de producir “decenas de miles” el próximo año, dijo.
La pregunta para Volvo y otros fabricantes convencionales que venden autos en la UE es si los consumidores aceptarán los planes. Fabricantes de automóviles rivales que incluyen a Mercedes-Benz de Daimler AG, BMW AG y también Audi de Volkswagen AG, están lanzando modelos a batería. La amenaza de sanciones para las empresas, denominada “el acantilado de CO2 2020” por el analista automotriz Evercore IS Arndt Ellinghorst, llega en un momento difícil, cuando se espera que el mercado de la región se reduzca.
A principios de este mes, PA Consulting Group alertó que la UE podría infligir 14,500 millones de euros (US$ 16,100 millones) en multas a los 13 mayores fabricantes automotriz de la región por superar los objetivos de dióxido de carbono. Las multas se calcularán sobre la base de las emisiones promedio de las matriculaciones de automóviles nuevos. Para Volvo, podrían alcanzar los 382 millones de euros para el 2021, basándose en el supuesto de que solo 14% de sus ventas serán híbridos eléctricos o enchufables, dijo la consultora.
La apuesta de Volvo por los enchufables se produce a pesar de las críticas a la tecnología por ser una medida a medias que no llega lo suficientemente lejos en la reducción de emisiones, especialmente porque algunos usuarios los utilizan con combustibles fósiles sin cargar la batería. Las ventas europeas han caído en los primeros nueve meses del año pasado, pero según un informe de BloombergNEF se espera que aumenten rápidamente este año debido a los nuevos modelos en el mercado y la represión de las emisiones.
Los propios estudios de Volvo indican que sus enchufables funcionan con batería entre 40% y 50% del tiempo. La compañía planea promover la recarga pagando los costos de electricidad de los propietarios.
“No creemos que haya razón alguna de sentirse culpable por los híbridos enchufables”, dijo Samuelsson. “Los enchufables son necesarios para la transición, pero también es una solución a más largo plazo para aquellos que pueden no tener acceso adecuado a la carga”.