Ver por streaming su programa de televisión favorito de una hora es el equivalente ambiental de hervir agua durante seis minutos o poner cuatro bolsas de palomitas de maíz en el microondas, según un estudio respaldado por la industria realizado por el grupo climático Carbon Trust.
Los hallazgos son alentadores para los investigadores –y una buena noticia para plataformas de streaming como Netflix Inc., que ayudó a financiar el trabajo– porque muestran que la huella de carbono del streaming es menor de lo que habían mostrado algunas estimaciones en el pasado. Además, el estudio reveló formas en las que las empresas de entretenimiento pueden reducir las emisiones que generan sus productos.
Como la mayoría de las industrias, el negocio del cine y la televisión está en una loca carrera por reducir la producción de dióxido de carbono, con la esperanza de ayudar a mitigar los peores efectos del cambio climático. Si bien transmitir un programa por streaming tiene menos impacto en el medio ambiente que, por ejemplo, la producción de una nueva película, las empresas buscan cualquier forma de mejorar su sostenibilidad.
La investigación reveló que una hora de streaming emite el equivalente a cerca de 55 gramos de dióxido de carbono a la atmósfera, en función de un usuario en Europa. Aproximadamente la mitad de las emisiones provienen del dispositivo utilizado: la tecnología más grande y antigua es la más perjudicial para el medio ambiente. Las emisiones restantes provienen de los centros de datos, nodos centralizados donde se procesa y almacena la información de internet, y varias redes de distribución.
Los investigadores responsables del informe también analizaron si ver contenido en alta definición tiene un mayor impacto en las emisiones que hacerlo en definición estándar, y descubrieron que hace poca diferencia. Además, la sostenibilidad del negocio ha ido mejorando. Si bien la demanda de streaming se ha disparado, especialmente durante la pandemia, la cantidad de energía consumida por esas actividades ha disminuido a medida que los equipos se vuelven más eficientes y la energía verde aumenta en popularidad.
Por su parte, Netflix planea alcanzar el cero neto en emisiones de gases de efecto invernadero para fines de 2022, objetivo que significa que compensará todas las emisiones que no pueda eliminar para ese momento. Aproximadamente 50% de las emisiones de Netflix proviene de la producción física de nuevo contenido y 45% restante, de operaciones corporativas.
La compañía no incluye en el cálculo de su huella de carbono el uso de la web por parte de sus clientes, aunque Emma Stewart, titular de sostenibilidad de Netflix, dijo que pueden alentar a los socios a fabricar dispositivos más limpios y a los clientes a cambiarse a las llamadas tarifas verdes, que agregan más energía renovable a la red.