Londres (AFP).- El gigante siderúrgico indio Tata Steel anunció hoy el lanzamiento formal del proceso de venta de sus activos en el Reino Unido, donde trabajan 15,000 personas, obligando al ejecutivo británico a buscar imperativamente un comprador para salvar esos empleos.

Tata Steel no ha perdido tiempo y confirma la noticia menos de dos semanas después de haber anunciado que pensaba vender todo o parte de sus actividades británicas, que compró hace unos diez años, por falta de rentabilidad.

"El proceso formal arrancó hoy (lunes)", anunció en un comunicado la empresa india.

En efecto, la principal razón son las dificultades de un sector que, como la minería, encarnó el esplendor industrial británico y hoy lucha por sobrevivir a la competencia china y a la caída de la demanda.

Todo ello está agravado por la competencia desleal del acero chino, exportado a precios imbatibles. Pero Tata Steel también alude a los elevados costes de fabricación en Reino Unido, la débil demanda de acero en el mercado local y una moneda volátil.

El anuncio de Tata de que pensaba vender su división británica provocó críticas al gobierno de David Cameron, al que se acusó de no defender al acero británico de la competencia desleal china para no perjudicar las relaciones con Pekín.

Cameron, que descartó la nacionalización de la industria, y su gobierno están acusados de haberse opuesto a los esfuerzos de la Unión Europea (UE) para subir sus barreras arancelarias y proteger así su acero frente a las importaciones chinas.

Mantener la producción.Los empleados de las acerías británicas de Tata se reunirán este lunes con el ministro de Empresas, Sajid Javid, antes de que éste hable en el Parlamento de la crisis del sector.

Los trabajadores pedirán que el gobierno "se asegure de que Tata cumple con sus responsabilidades como vendedor y de que la producción de acero se mantenga hasta que se encuentre un comprador", informó el sindicato Community, de los empleados siderúrgicos.

Javid viajó la semana pasada a India para reunirse con los directivos de Tata y amortiguar el impacto de la venta en los puestos de trabajo.

El ministro se reunirá el martes con el magnate indio Sanjeev Gupta, cuya empresa Liberty House podría salvar las fábricas amenazadas, entre ellas la gran factoría de Port Talbot, en Gales, que emplea a 4,000 personas.

Gupta sugirió que podría hacerse con la actividad siderúrgica en manos de Tata, sin supresiones de empleo, y reorientando parcialmente su actividad.

Pero el domingo, enfrió esas esperanzas, en declaraciones al Sunday Telegraph. "Querría hacerlo, pero no puedo comprometerme. Es una operación demaisado grande (…) y ello podría poner en riesgo la empresa en su totalidad", afirmó.

Al margen del anuncio sobre su división británica, Tata informó que había firmado un acuerdo con el fondo de inversiones Greybull Capital para la venta de sus fábricas europeas de acero largo.

En fin, en un contexto más amplio de crisis del sector siderúrgico europeo, en Alemania unos 45,000 trabajadores siderúrgicos se manifestaron este lunes, convocados por el sindicato IG Metall, para expresar su preocupación ante el futuro.

Esta jornada de acción, llamada "El acero es el porvenir" congregó a varios responsables sindicales y políticos, entre ellos el ministro alemán de Economía, Sigmar Gabriel, en Duisburgo, ciudad industrial del Ruhr que alberga varios altos hornos, entre ellos los del líder alemán del acero Thyssenkrupp.

Igual que en Reino Unido y en otros países europeos, las acerías alemanas, que emplean a 87,000 personas en todo el país, son víctimas de la competencia china y de sus sobrecapacidades de producción.