La renuncia de Telefónica Movistar a concesiones de espectro radioeléctrico mexicano, como parte de su nuevo modelo de operación en Hispanoamérica, preocupa a especialistas de telecomunicaciones por su posible impacto en la competitividad del sector.
Aunque mantendrá su red de transporte, Telefónica devolverá de forma escalonada, hasta el 2022, su espectro de acceso ante el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) para reducir sus costos operativos en la región, explica Jesús Romo, fundador de la consultora Telconomía.
“Telefónica va a cambiar cómo se ve en América Latina. No quiere decir que se esté saliendo ya. Simplemente está tomando otras maneras de operar que le permitan (a estas filiales) ser menos pesadas para todo el grupo, que no las subsidien”, menciona el analista.
La empresa opera en siete países hispanoamericanos además de México: Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay y Venezuela, pero el valor en el mercado de estas filiales es 13,520 millones de euros (unos US$ 14,750 millones), apenas un 14.2% del valor total del grupo, según un informe de Goldman Sachs.
Ante este panorama regional, Telefónica anunció en noviembre un convenio en México para acceder a la red de AT&T, lo que le permitiría ahorrar 230 millones de euros anuales (US$ 254 millones) y desconsolidar una deuda de 500 millones de euros (US$ 553 millones).
Para los 27 millones de clientes mexicanos -alrededor del 20% de la cuota de mercado en servicio de telefonía móvil y el 1.9 % en telefonía fija-, esto es solo “una cuestión técnica” que no implica interrupciones en el servicio, aunque representa un cambio en la estrategia de la empresa española, apunta Romo.
“El tema es que Telefónica por el tipo de modelo que ha tenido, de irse a los usuarios de recargas y de las más bajas, pues ahorita se ha vuelto menos competitivo con las ofertas que pueden desplegar los otros operadores”, señala.
Un país caro
Otro factor de las medidas tomadas por Telefónica es que el precio del espectro en México es muy alto comparado con otros países latinoamericanos, porque cerca del 85% de su valor corresponde a derechos que deben pagarse al Estado de forma anual, enfatiza el director de Telconomía.
"Un tema con el caso específico de Telefónica en México es que también tenía históricamente ingresos relativamente bajos, pero sus costos empezaron a subir porque necesitaba más espectro, modernizar su infraestructura. Entonces Telefónica ha tenido que cambiar el chip para ver cuál es el futuro de la compañía”, puntualiza.
En eso coincide Elena Estavillo, presidenta de Conectadas y excomisionada del IFT, quien percibe que otras empresas que han tenido "estrategias más agresivas" en la "guerra tarifaria" se fortalecen, en concreto Telcel y AT&T.
“En este mercado, como tenemos costos fijos tan elevados, es importante tener bases de usuarios muy grandes para poder competir en precios y en los últimos años sí hemos visto unas estrategias muy agresivas en tarifas móviles", describe.
Llamada de atención
La renuncia de espectro es una "estrategia de supervivencia" adecuada para Telefónica, pero es "preocupante" para el sector de las telecomunicaciones en México porque cambia la competencia por infraestructura, advierte Estavillo.
“Es una llamada de atención muy fuerte. Sí tenemos que reflexionar qué está requiriendo el sector para su desarrollo en este momento y probablemente no nos hemos movido a la medida de lo que se requiere", opina la excomisionada del IFT.
La analista cita el rezago que México tiene en cuanto al espectro, pues el que tiene asignado alcanza apenas para cubrir el 34% de las necesidades, según un informe del 2019 del IFT elaborado con datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
Con las acciones de Telefónica, los avances hechos en México en este tema desde la reforma de telecomunicaciones del 2013 podrían "irse para atrás".
“Es una medida de qué tanto el Estado está asegurando que haya las condiciones que necesitamos para que se incrementen los servicios, la cobertura, la capacidad, que llegue cada vez a más personas", comenta.
Al ser un "recurso muy valioso como para tenerlo en desuso", Romo explica que el Estado puede volver a asignar el espectro devuelto por Movistar por medio de licitaciones.
Sin embargo, Estavillo cuestiona las condiciones que existen en el país, por lo que considera "prioritario" bajar el costo del espectro.
“No basta con anunciar una nueva licitación, si no mejoran las condiciones del mercado para que las empresas estén interesadas en adquirir el espectro, pues entonces esas licitaciones se pueden quedar desiertas”, advierte la experta.