Para la próxima temporada otoño-invierno 2023/2024, la firma parisina Givenchy parece dispuesta a uniformar al hombre en todo tipo de situaciones dispares: desde la oficina hasta un apocalipsis distópico, digno de la novela “Los juegos del hambre”.
Presentada en el marco de la Semana de la Moda hombre de París, en una diáfana instalación temporal de paredes y techos blancos, la línea creada por el diseñador estadounidense Matthew Williams abrió con una serie de trajes sobrios, de corte ajustado y combinados con jerséis de cuello alto.
Tras unas cinco versiones de este mismo estilismo, con chaqueta más o menos alta, cierre de un solo botón y guantes de cuero para acentuar el toque futurista, la colección dejó paso a estilismos más urbanos donde reinó la superposición de capas.
Capas y más capas por todas partes: una camiseta de mangas cortas sobre una sudadera arremangada por encima de otra camiseta, cada una en colores y estampados distintos. El secreto parece estar en la combinación de tonos tierra, toques de naranja e incluso alguna prenda en colores camuflaje, con bandolera cruzada a la espalda.
La mezcla fue aumentando el riesgo, convirtiendo una sudadera con capucha en un top cortado en el pecho, bajo la que asoma una camisa deshilachada y una camiseta de algodón.
Incluso en los trajes de sastrería hubo una apuesta por las capas, con una especie de sobrefaldas que se llevan por encima del pantalón, con cinta elástica en la cintura, como si se tratara de ropa interior.
Un futurismo gótico
El estilo parecía inspirarse en las sagas futuristas que imaginan un mundo a las puertas de la extinción humana, obligando a sus protagonistas a esconderse y tirar de prendas viejas, como mostraban las chaquetas de traje deshilachadas en el bajo, las bermudas cortadas en bruto superpuestas a bermudas de algodón.
Se vieron también tejidos de lana inglesa agujereados bajo amplios abrigos de pelo y otros gabanes de paño con grandes hombreras.
Frente al blanco impoluto de la sala, instalada en el patio de la Escuela Militar francesa, frente a la Torre Eiffel, contrastaban los tonos grisáceos de las prendas, verdosos y negros, con algún toque de blanco, ocre y amarillo flúor.
La apuesta por las capas y el contraste entre la sobriedad de la sastrería y las piezas deportivas ajadas muestran una fusión cada vez mayor entre el universo futurista con tintes góticos de Williams, de 37 años, nombrado director creativo de la marca en el 2020, y los archivos históricos de la firma parisina de Hubert de Givenchy.
Su predecesora, la británica Clare Waight Keller, había dejado un legado más cercano al romanticismo y la Alta Costura, que Williams ha apartado para dar más peso a las colecciones de prêt-à-porter de mujer y hombre, donde visten sobre todo a raperos y estrellas del pop asiático, en primera fila de sus desfiles.
Fundador de la firma 1017 Alyx 9SM, creada en el 2015, la marca de Williams consiguió rápidamente posicionarse entre las más vanguardistas del estilo urbano, tras trabajar como creativo para figuras como Kanye West y Lady Gaga.
A Williams lo nominaron al prestigioso premio LVMH en el 2016 y en pocos años ha firmado colaboraciones con Nike, Dior, la marca de zapatos italianos Guidi y Mackintosh, entre otras.
Al apostar por él en Givenchy, el conglomerado de marcas LVMH puso en evidencia que el camino que marca para el lujo, sobre todo del hombre, es el de propuestas muy comerciales, pero además volvió a un estilo más cercano al establecido por Riccardo Tisci, que dirigió la línea artística de la firma entre el 2005 y 2017.
(Con información de EFE)