Durante décadas, el Mercedes S-Class ha definido el estándar por excelencia en sedanes de lujo, conduciendo a todas partes a grandes de la industria y jefes de Estado.
Pero a medida que más consumidores se inclinan hacia los SUV y que los automóviles eléctricos definen la tecnología de vanguardia, Daimler AG debe demostrar que su auto insignia sigue siendo relevante.
La última versión del S-Class, que el fabricante automotriz alemán presenta el miércoles, intentará complacer a los gustos antiguos y nuevos, ofreciendo no solo la variante de combustión de alta potencia, sino también una versión híbrida mejorada y, por primera vez, un elegante hermano totalmente eléctrico que será vendido a partir del próximo año.
A pesar de sus orígenes en la década de 1950, el S-Class todavía genera importantes ganancias para Daimler, particularmente en China, donde la compañía vende más de la variante más cara del modelo, el Maybach, que en cualquier otro lugar.
Los rivales BMW AG y Audi, de Volkswagen AG, han intentado durante mucho tiempo ganar una porción más grande del mercado, pero nunca lograron romper el dominio de Daimler.
Lo que está en juego para la última versión del modelo difícilmente podría ser mayor. Los fabricantes de automóviles tradicionales están invirtiendo miles de millones de euros en electrificar sus flotas mientras siguen dependiendo de los automóviles de combustión para obtener ganancias.
Tesla Inc., cuyo producto de competencia es el sedán Model S, los superó a toda velocidad para convertirse en la compañía automotriz más valiosa del mundo, haciendo caso omiso de la caída más profunda de la industria en décadas provocada por la pandemia de COVID-19.
“El nuevo S-Class tiene que ser el mejor auto del mundo en todo aspecto”, dijo Roman Mathyssek, consultor en Arthur D. Little GmbH. “Hoy en día, eso es más complejo que nunca, ya que todas las características de refinamiento y lujo automotriz tradicionales deben combinarse inteligentemente con credenciales ambientales de vanguardia, conectividad y funciones autónomas”.
Conducción autónoma
El modelo híbrido viene con un rango de batería mejorado de 100 kilómetros y la serie cuenta con un software que permite la conducción autónoma de nivel 3, incluido el cambio de carril asistido y un mecanismo que mantiene el automóvil a una distancia segura de otros vehículos.
Tesla ha estado comercializando agresivamente su tecnología de conducción autónoma y su director ejecutivo, Elon Musk, ha dicho que la empresa está cerca de lograr los requisitos para la conducción totalmente autónoma, o nivel 5, este año.
Las acciones de Tesla se quintuplicaron este año, valorando a la empresa en US$ 464,000 millones. Daimler, el fabricante del auto de lujo más vendido del mundo y el mayor productor de vehículos comerciales por ingresos, está valorado en US$ 55,000 millones.
La brecha de valoración entre Tesla y sus pares “seguirá siendo amplia o más amplia hasta que los fabricantes de automóviles tengan negocios viables de vehículos eléctricos” y puedan comenzar a deshacerse de los activos heredados, dijo Philippe Houchois, analista de Jefferies, en un reporte la semana pasada.
Después de que el brote de coronavirus cerró fábricas y salas de exposición, Ola Källenius, director ejecutivo de Daimler, expandió un impulso de reestructuración para restaurar las ganancias. Si bien Mercedes ha mantenido su liderazgo en ventas sobre BMW y Audi en los últimos años, las ganancias subyacentes se deterioraron debido a los costos regulatorios, los gastos disparados por nuevas tecnologías y la baja eficiencia.
El fabricante con sede en Stuttgart planea recortar más de 15,000 empleos en todo el mundo y Källenius se comprometió a centrarse más en los autos de lujo más grandes como el S-Class o el SUV GLE para aumentar las ganancias.
Defender su fuerte presencia en el segmento de automóviles de lujo durante el cambio acelerado hacia los automóviles eléctricos será clave para que los fabricantes alemanes compitan en el futuro, dijo Juergen Pieper, analista de Bankhaus Metzler.
“Es interesante ver que después de años de varios esfuerzos para volverse más eficientes, Källenius y su nuevo equipo parecen empezar a cambiar las cosas desde cero”, dijo Pieper.