Mandarin Oriental prefiere una apuesta segura a una grande en América del Sur.
El operador de hoteles de lujo evitará São Paulo, el centro cultural y financiero de la región, para elegir Santiago, una ciudad relativamente más tranquila. Puede que la capital de Chile no tenga el atractivo rutilante de la metrópoli brasileña –ni los ricos viajeros que llegan a ella- pero tampoco tiene su nivel de delito.
La tranquilidad de Santiago fue el principal factor cuando Mandarin Oriental International Ltd. puso sus miras en América Latina, declaró en entrevista el director de país Ignacio Rodríguez. Ahora la cadena de hoteles con sede en Hong Kong trabaja a toda máquina para reacondicionar un hotel anteriormente operado por Hyatt para inaugurarlo a comienzos del 2019. La propiedad, que tiene 310 habitaciones y 23 suites, recibirá el nombre de Mandarin Oriental.
La compañía planea abrir su segunda propiedad en el país en el 2020 en la ciudad costera de Viña del Mar. Es parte de la estrategia fijada por el máximo responsable del grupo, James Riley, que planea duplicar el número de ubicaciones en todo el mundo. América Latina es una región evidente para el crecimiento, dijo Rodríguez.
Chile se está convirtiendo en un destino cada vez más atractivo para el mercado de lujo de la región en tanto crecen los ingresos disponibles. Un ejemplo: Rolls Royce Cars tiene sólo dos concesionarias en América del Sur, una en São Paulo y la otra en Santiago.
La asociación de artículos de lujo de Chile, que incluye marcas como las automotrices Bentley, BMW e Infiniti, la compañía de cruceros Crystal Cruises, los relojes Omega y la marca de zapatos Salvatore Ferragamo, informó que las ventas crecieron 9%, a US$ 654 millones, el año pasado, según un informe de La Tercera.
Chile también tiene a su favor bajos niveles de delincuencia, con una proporción de asesinatos de 3.5 por cada 100,000 habitantes, la más baja de América del Sur, mientras que la de Venezuela es de 56 y la de Brasil de 30, de acuerdo con los datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
La industria hotelera está en auge en Chile. La tasa de ocupación aumentó a 68% el año pasado, la más alta de la región, según Deloitte. Buenos Aires tiene una tasa de ocupación de 59%. En países, Brasil tiene 53%, Perú 64% y Colombia 57%.
En Santiago los precios tienden a bajar gracias a servicios online como Airbnb, pero con tasas de ocupación altas que superan el 60% en los últimos cuatro años el sector apuesta a que habrá más crecimiento. Deloitte dijo que hay 22 nuevos hoteles en construcción en Santiago, que incorporarán más de 4,000 nuevas camas para el 2022.
Mandarin apuesta al reconocimiento de marca y la atención al servicio para atraer clientes, señaló Rodríguez.
“Menos hoteles ofrecen algo tan simple como dejar los zapatos fuera de la habitación y tenerlos lustrados al día siguiente en forma gratuita o enviar una camisa a planchar y, si el personal advierte que falta un botón, tenerla arreglada de inmediato”, dijo Rodríguez.