El operador chileno de telecomunicaciones WOM selló su destino en una reunión realizada el domingo de Pascua a las 7 de la mañana, en la que se puso fin a meses de angustia de los acreedores y a conversaciones de último minuto para obtener financiación.
Los ejecutivos se reunieron en la sede de la empresa a orillas del río Mapocho en Santiago, la capital del país. Una fecha límite para presentar resultados, la caída de los precios de los bonos y la proximidad del pago de la deuda aumentaron la urgencia. Según documentos judiciales, el equipo tenía sobre la mesa cinco ofertas, conocidas como financiación de deudor en posesión.
Después de 30 minutos, llegaron a un acuerdo por alrededor de US$ 210 millones con JPMorgan Chase & Co. Horas más tarde, la empresa se acogió al Capítulo 11 en el tribunal de quiebras de Estados Unidos, lo que la protege de tener que pagar a los tenedores de bonos y otros acreedores.
El evento del domingo por la mañana, al que la mitad de los ocho participantes se unieron por teléfono y cuyos detalles están contenidos en los documentos, marcó la caída en desgracia de un operador de telefonía móvil de propiedad cerrada que alguna vez había emocionado a los inversionistas de bonos al ganar participación de mercado de rivales más grandes en el competitivo mercado chileno.
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WOM, que significa “word of mouth” (boca a boca, en español), se vio afectado por lo que consideró “acontecimientos externos”, incluido el acceso limitado a líneas de crédito luego que en octubre del año pasado Moody’s Ratings la rebajara siete niveles dentro del grado especulativo.
La empresa y su asesor financiero, Rothschild & Co., habían intentado durante meses encontrar una manera de evitar la quiebra y recaudar dinero para un pago de deuda de US$ 348 millones que vence en noviembre. Finalmente, colapsó.
“Habíamos explorado muchas opciones y esta es la mejor para garantizar que WOM avance y recupere su encanto”, escribió el director ejecutivo, Chris Bannister, en una publicación de LinkedIn, citando las altas tasas de interés, la inflación y un peso débil como factores que contribuyen a los problemas de la compañía.
El préstamo de JPMorgan, si lo aprueba el tribunal, se utilizará para mantener las operaciones y pagar los gastos, incluidos los salarios de los empleados, según la empresa.
Fundada como una startup en 2015, cuando el fondo de capital privado Novator Partners LLP del empresario islandés Thor Bjorgolfsson adquirió Nextel Chile, WOM rápidamente causó sensación por sus llamativos anuncios. Pronto se convirtió en el operador de telefonía móvil de más rápido crecimiento del país.
Sin embargo, tratar de sobrevivir en un sector dominado por algunos de los magnates de las telecomunicaciones, incluido el hombre más rico de América Latina, Carlos Slim, y el multimillonario estadounidense John Malone, significó capear guerras de precios que resultaron ser una fuga de efectivo. En 2015, WOM dijo que ofrecía descuentos de hasta un 30% por debajo de la competencia.
En setiembre, la compañía tenía alrededor del 21% de la participación de mercado de las líneas móviles de Chile, por detrás de Movistar SA de Telefónica SA y Entel SA, según datos recopilados por el regulador de la industria. Sus modestos ingresos en relación con sus pares globales y locales, junto con un alto apalancamiento y una intensa competencia en la nación andina, limitaron su calificación crediticia, según Moody’s.
“Hay demasiada competencia, tarificación, gastos de capital agresivos y falta de vehículos de financiación”, dijo Warren Hyland, gestor de cartera de Muzinich & Co. en Londres, que supervisa US$ 3,600 millones en activos de mercados emergentes. “Lo mejor que se puede hacer es no invertir en el espacio de las telecomunicaciones de alto rendimiento”.
En el caso de WOM, algunos inversionistas esperaron meses hasta recibir señales de apoyo del accionista mayoritario. Cuando la empresa retrasó la publicación de los resultados financieros y quedó claro que el soporte del controlador no se materializaría, el colapso fue duro y rápido. Los bonos con vencimiento en 2024 cambiaron de manos por última vez a alrededor de 33 centavos por dólar, desde los 77 centavos a los que cotizaban apenas un mes antes.
“Cuando quedó claro que la empresa no podría lograr una refinanciación regular de los bonos a 2024, Rothschild pasó a buscar propuestas de financiación extrajudiciales y de deudor en posesión”, dijo Marcelo Messer, director gerente de Rothschild, en documentos judiciales.
A medida que WOM se reorganiza, los estrategas ahora ven margen para la consolidación, una tendencia que ya se ha intensificado en países como Brasil, donde el gigante de las telecomunicaciones Oi SA ya ha solicitado protección por quiebra dos veces en menos de siete años. Oi finalmente vendió sus operaciones móviles a unidades locales de Telefónica SA y Telecom Italia SpA.
WOM ha sido un “gran disruptor” en el sector chileno en los últimos años, escribió esta semana en una nota el estratega de BNP Paribas Alexis Panton. Pero “existe un riesgo considerable de que la empresa se desmantele y sus activos se vendan y distribuyan entre sus competidores”.
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